Este 5 de octubre se conmemora el Día Nacional del Ave en nuestro país, en homenaje a San Francisco de Asís, un santo que amaba la naturaleza y, según la tradición, conversaba con los pájaros. Se estima que hay más de 10.700 especies de aves en todo el mundo y en Argentina se encuentran 1.053: es decir, cerca del 10% de la diversidad global de aves registradas. Argentina, incluso, presenta una mayor variedad en avifauna que todo el continente europeo, según informó la ONG Aves Argentinas. En lo que respecta a Formosa, se han identificado 550 especies en la provincia, por lo que más de la mitad de aves del país tiene su hábitat allí. Muchas de ellas son endémicas de la región, y otras sólo se pueden encontrar en dos partes del mundo, Formosa y los Esteros del Iberá, ya que están en peligro de extinción.
La relevancia de la avifauna formoseña es tal, que Aves Argentinas reconoce en la provincia 15 sitios AICA (Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves en Argentina), entre los 273 que existen en todo el país. Estos 15 sitios AICA de Formosa son: la Reserva Natural Formosa; el Valle Fluvial del Río Paraguay, desde Clorinda hasta Mansilla; la Reserva El Bagual; El Cantor, en el límite con Salta; Misión Taacaglé; Fortín Sargento Primero Leyes, sobre el Río Pilcomayo; los nacientes de los Riachos Monte Lindo y Tatú Pirané, en zona de Comandante Fontana; la Estancia Guaycolec; la Estancia La Alegría; el Bañado La Estrella Este, próximo a Las Lomitas; el Bañado La Estrella Oeste, próximo a María Cristina; Pilagá III, próximo a Pirané; el Parque Nacional Río Pilcomayo; Riacho He He y el Riacho Saladillo, cercano a Subteniente Perín.
Por su parte, el Bañado La Estrella es un sitio AICA con relevancia internacional, ya que es el hábitat de más de 300 especies de aves de las 550 que se encuentran en Formosa. Ubicada al noroeste de la provincia, abarca unas 400 mil hectáreas de lagunas, bañados, palmares y “champales” (bosques inundados cubiertos por enredaderas). Es el segundo humedal más grande de Argentina (después de los Esteros del Iberá) y el tercero de Sudamérica, y fue elegido como una de las Siete Maravillas Naturales de la Argentina.
Dado la gran amplitud y variedad de su avifauna, los turistas que visitan el Bañado La Estrella aprovechan la oportunidad para dedicarse al avistaje de aves, con guías especializados que conocen el terreno. Lo recomendable es llevar a cabo esta actividad en los horarios de la mañana temprano, hasta antes de las 10, o al atardecer, luego de las 17. A continuación, un repaso por las aves más características que pueden avistarse en suelo y aire formoseño.
Las aves más emblemáticas de Formosa
Yetapá (Alectrurus risora): es un ave en peligro de extinción en grado vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) debido a que su área de distribución ha sufrido una gran reducción. Mide hasta 20 cm de longitud y tienen una larga cola, que en el macho suele llegar a los 31 cm. Fue declarada Monumento Natural Provincial en la provincia de Formosa y se la puede avistar en el Este de la provincia.
Garza blanca (Ardea alba): es un ave grande de plumaje blanco que puede alcanzar el metro de altura. Su longitud de pico a cola oscila entre los 80 y 105 cm. Es una especie de hábitos acuáticos y diurnos. Vuela con su largo cuello retraído, pero suele caminar con él estirado.
Jabirú (Jabiru mycteria): su nombre es de origen guaraní y significa “cuello hinchado”, y es el ave emblema del Bañado La Estrella. Llega a medir 1,40 m de altura y sus alas, desplegadas, alcanzan los 3 metros, lo que la convierte en la cigüeña más grande del mundo. Las parejas de jabirúes viven unidas de por vida y, entre los dos, se encargan de la incubación de sus huevos. Entre agosto y septiembre se puede ver sus pichones en el Bañado La Estrella.
Bigúa (Phalacrocorax brasilianus): es el único cormorán de agua dulce y tiene el plumaje completamente negro. Alcanza un largo total de 70-75 cm y pesa alrededor de 1,5 kg. Está asociado a los ambientes acuáticos, y realiza buceos para atrapar a sus presas. A diferencia de otras aves acuáticas, el biguá necesita secar sus plumas, razón por la cual se colocan al sol con las alas extendidas por tiempos prolongados.
Aninga (Anhinga anhinga): parecido a un cormorán, se diferencia por tener el pico y la cola más largos, y el extremo del pico en forma de gancho. Las hembras se diferencian de los machos por tener el cuello color canela. Cuando nada, sumerge todo su cuerpo bajo el agua y deja sólo la cabeza y el cuello en la superficie.
Ñacurutú (Bubo virginianus): es la lechuza más grande del Bañado La Estrella, y una magnífica cazadora nocturna que emite un sonido muy característico. Se la distingue por las dos "orejas" de plumas que presenta al costado de la cabeza. Se alimenta de una gran variedad de presas, más comúnmente de pequeños mamíferos, hasta del tamaño de un conejo.
Muitú (Crax fasciolata): es un ave en peligro de extinción tanto por la caza furtiva como por la pérdida de su hábitat, debido a la tala indiscriminada y las alteraciones en los cursos de agua. Desapareció de las provincias de Corrientes y Entre Ríos, y únicamente quedaron pequeñas poblaciones silvestres en áreas boscosas del Chaco y Formosa.
No existe una precisión de cuántos ejemplares habitan en el país, pero se estiman unos 2.500 muitúes, lo que llevó a categorizar a la especie como Monumento Natural en la provincia de Formosa.