Los socialdemócratas de la oposición se alzaron con la victoria en las elecciones parlamentarias celebradas el domingo en Lituania, en las que predominaron la frustración por el coste de la vida y la preocupación por las posibles amenazas de la vecina Rusia.
La formación de izquierdas se ha comprometido a mantener el abultado programa de gastos de defensa del país báltico, al tiempo que ha criticado al Gobierno de coalición de centro-derecha de la primera ministra, Ingrida Simonyte, por subir los impuestos para financiarlo.
Los datos oficiales del Gobierno mostraban a la formación de centro-izquierda en cabeza con 52 escaños en la asamblea de 141 miembros, una vez escrutado el 99% de los votos. El gobernante Partido de la Unión por la Patria se situaba en segundo lugar, con 28 escaños.
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Este país báltico de 2,9 millones de habitantes tiene un sistema de votación híbrido en el que la mitad del Parlamento fue elegida por votación popular el 13 de octubre. El resto se decidió el domingo en una segunda vuelta por distritos entre los dos candidatos más votados, un proceso que favorece a los partidos más grandes.
La líder de los socialdemócratas, Vilija Blinkeviciute, dijo a la prensa que creía que su partido tendría mayoría parlamentaria junto a sus probables socios de coalición: Por Lituania, más la Unión de Agricultores y Verdes.
"Los resultados de estas elecciones han demostrado que el pueblo lituano, viva donde viva, en las grandes ciudades, en las pequeñas o en los pueblos, quiere un cambio".
No quiso confirmar si aspiraría al cargo de primera ministra: "Lo discutiremos dentro del partido, sopesaremos todos los pros y los contras".
El partido Por Lituania iba camino de obtener 14 escaños en el Parlamento, y la Unión de Agricultores y Verdes, ocho, según datos oficiales provisionales.
La coalición tripartita de centro-derecha de Simonyte ha visto mermada su popularidad por una inflación que superó el 20% hace dos años, el deterioro de los servicios públicos y el aumento de la brecha entre ricos y pobres.
La campaña electoral se centró en asuntos económicos internos, y los socialdemócratas prometieron hacer frente al aumento de la desigualdad subiendo los impuestos a los lituanos más ricos para ayudar a financiar un mayor gasto en sanidad y ayudas sociales.
Pero la seguridad nacional es también una preocupación importante en Lituania, que se encuentra en el flanco oriental de la OTAN y la Unión Europea y comparte frontera con el exclave ruso de Kaliningrado y Bielorrusia, estrecho aliado de Moscú.
Según estimaciones de la OTAN, Lituania gastará este año alrededor del 3% de su PIB en sus fuerzas armadas, lo que la convierte en el sexto país de la alianza militar que más gasta.
Con información de Reuters
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