Ucrania dijo el miércoles que sus fuerzas estaban profundizando aún más su avance en la región rusa de Kursk, en la mayor incursión extranjera en Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, lo que plantea un dilema al presidente Vladimir Putin, según el mandatario estadounidense Joe Biden.
En la madrugada del 6 de agosto, miles de tropas ucranianas penetraron por la frontera rusa en la región occidental rusa de Kursk, en lo que Putin calificó como una gran provocación destinada a obtener una posición más fuerte en posibles futuras conversaciones sobre un alto el fuego.
Ucrania se ha hecho con una porción de la región fronteriza rusa de Kursk y, aunque Putin dijo que el ejército ruso expulsará a las tropas ucranianas, más de una semana de intensos combates no han conseguido desalojarlas hasta ahora.
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El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró que las fuerzas de Kiev seguían ganando terreno en la región de Kursk y que el miércoles avanzaron entre uno y dos kilómetros más.
"Seguimos avanzando más en la región de Kursk", escribió Zelenski en un mensaje en Telegram, "de uno a dos kilómetros en varias zonas desde el comienzo del día. Y más de 100 prisioneros de guerra rusos en el mismo periodo".
El Ministerio de Defensa ruso dijo que 117 drones ucranianos fueron derribados dentro de su territorio durante la noche, la mayoría en las regiones de Kursk, Voronezh, Belgorod y Nizhny Novgorod. También fueron derribados misiles y se mostraron bombarderos Sukhoi Su-34 atacando posiciones ucranianas.
Más tarde, el ministerio declaró que las fuerzas rusas repelieron ataques ucranianos en Kursk, incluido el de Russkoye Porechnoye, a 18 kilómetros de la frontera, y los blogueros de guerra prorrusos afirmaron que el frente se había estabilizado.
La ofensiva ucraniana con drones incluyó ataques a cuatro aeródromos militares en un intento de socavar la capacidad rusa para atacar Ucrania con bombas planeadoras, dijo a Reuters una fuente de seguridad ucraniana bajo condición de anonimato.
La Guardia Nacional rusa dijo que estaba reforzando la seguridad en la central nuclear de Kursk, situada a sólo 35 kms de los combates.
El asalto ucraniano a territorio ruso ha cambiado radicalmente la narrativa de esta guerra, que dura ya dos años y medio. Rusia había estado avanzando en el este de Ucrania desde el fracaso de la contraofensiva de Kiev de 2023, que no logró ningún avance importante contra las fuerzas rusas.
No obstante, la incursión sin precedentes de Ucrania también conlleva grandes riesgos para Moscú, Kiev y Occidente, que está deseoso de evitar una confrontación directa entre Rusia y la alianza militar de la OTAN, liderada por Estados Unidos, que ha ayudado a armar a Kiev contra Moscú.
Biden dijo que funcionarios estadounidenses estaban en contacto permanente con Ucrania sobre la incursión, que según él "creó un verdadero dilema" para Putin, que ordenó la entrada de miles de tropas en Ucrania en febrero de 2022.
La Casa Blanca dijo que Ucrania no avisó con antelación de su incursión y que Washington no está implicado. Funcionarios rusos han sugerido que los partidarios occidentales de Ucrania deben haber sabido del ataque.
"Por supuesto que están implicados", dijo a Reuters la legisladora rusa Maria Butina. "Parece aún peor cuando dicen que no saben nada y atribuyen toda la responsabilidad a Ucrania".
Con información de Reuters