En los meses previos al despliegue de agentes de policía kenianos en Haití, el presidente William Ruto ha consultado a asesores políticos, funcionarios de seguridad y líderes extranjeros sobre la misión de alto nivel contra las pandillas.
También ha recurrido a asesores menos convencionales: un círculo de pastores cristianos evangélicos cercanos a él y a su esposa.
Los pastores han hecho recomendaciones a Ruto y han servido de conducto entre las comunidades haitianas y el presidente, según las entrevistas con dos de los pastores y tres líderes evangélicos haitianos y estadounidenses.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Los portavoces del presidente Ruto y de su esposa, Rachel, no respondieron a las solicitudes de comentarios para este artículo.
Los esfuerzos de los pastores antes del despliegue, que comenzará a finales de este mes, han incluido reuniones con haitianos en Estados Unidos, así como con homólogos evangélicos, funcionarios del gobierno estadounidense e incluso con el líder de la banda más conocida de Haití, Jimmy "Barbecue" Cherizier.
"Creemos que somos una herramienta que Dios utilizará para ayudar", afirma Serge Musasilwa, pastor evangélico de Kenia que participa en la iniciativa. Musasilwa, sociólogo de formación, ha trabajado en la resolución de conflictos en su natal República Democrática del Congo y en otros países africanos.
Las personas implicadas en la iniciativa afirman que las relaciones forjadas con las comunidades haitianas ayudarán a la fuerza multinacional dirigida por Kenia a evitar los errores de las intervenciones extranjeras en Haití en las últimas décadas.
Además de no conseguir estabilizar Haití, esas misiones dejaron tras de sí un legado de abusos de los derechos humanos y enfermedades, la más infame de las cuales fue un brote de cólera que se cree que fue introducido por las fuerzas de paz nepalíes de la ONU en 2010.
Un grupo de expertos designado por la ONU concluyó que un campamento de las fuerzas de paz era el origen probable de la epidemia de cólera, que mató a unos 10.000 haitianos. La ONU no ha aceptado su responsabilidad legal.
"Cuanto más conectado estés con la población, más puedes formatear el tipo de intervención que vas a dirigir", afirmó Daniel Jean-Louis, presidente de la Misión Bautista de Haití, que ha trabajado con los pastores keniatas.
"Esta es una de las razones por las que todas las misiones anteriores fracasaron".
La ONU ha dicho que dejó el país relativamente estable cuando una misión de mantenimiento de la paz de 13 años se retiró de Haití en 2017. Un portavoz de mantenimiento de la paz de la ONU dijo que la misión había trabajado en estrecha colaboración con la sociedad civil y las organizaciones comunitarias para reducir la violencia y mejorar la gobernanza municipal.
No todo el mundo está convencido de la estrategia de los pastores keniatas. Los propios evangélicos tienen una historia compleja en Haití, donde han invertido recursos en proyectos humanitarios pero también han sido criticados por escándalos éticos, como el supuesto tráfico de niños por parte de algunos misioneros tras el devastador terremoto de 2010, y por predicar la intolerancia hacia las prácticas espirituales locales.
Pierre Espérance, director ejecutivo de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos en Haití, afirmó que Kenia debería ceñirse a su mandato de seguridad, y calificó el acercamiento a los líderes de las bandas de insulto a sus víctimas.
"No se trata de que el Evangelio (o) rezar con las bandas resuelva los problemas", declaró a Reuters.
"DIPLOMACIA DE LA FE"
Ruto y su esposa llevan su fe muy públicamente. Han involucrado a líderes evangélicos en asuntos de Estado, incluso a través del programa de "diplomacia de la fe" de la primera dama, que recluta a líderes religiosos para que apoyen iniciativas sociales.
Mientras se reunía en marzo con pastores evangélicos en el Hotel Weston de Nairobi, Rachel Ruto se pasó por otro acto en el mismo edificio y explicó que el grupo estaba trabajando en una "solución espiritual" para Haití.
"No podemos permitir que nuestra policía vaya a Haití sin rezar", dijo, según un video del diario keniano The Star.
La estrecha implicación de los pastores en la política para Haití permite comprender el compromiso del presidente Ruto con la misión, que se ha mantenido inquebrantable a pesar de los repetidos retrasos y la oposición de muchos kenianos destacados.
Los evangélicos se interesan desde hace tiempo por Haití debido a la magnitud de su crisis humanitaria y a su preocupación por las creencias tradicionales vudú, que algunos consideran satánicas. Haití es el país menos desarrollado del hemisferio occidental, según la ONU, y se enfrenta a un aumento de la violencia de las bandas que ha causado más de 1.500 muertos en los tres primeros meses de este año.
"Creo que, ante todo, es una expresión de su fe", afirmó Pete Inman, empresario estadounidense y evangélico cercano a los Ruto. Añadió que la misión tenía también una motivación estratégica, ya que reforzaba los lazos con Estados Unidos, principal patrocinador de la misión.
En declaraciones públicas, el presidente ha citado una responsabilidad moral hacia la población afrodescendiente de Haití.
Inman dijo que puso en contacto a Musasilwa con Fred Eppright, que dirige la rama estadounidense de la Misión Bautista de Haití, después de que Ruto anunció la misión.
Musasilwa visitó a Eppright en Austin, Texas, a finales del año pasado, y luego le invitó a él y a varios de sus colegas en marzo a Nairobi, dijeron los dos hombres.
Allí, durante cuatro días en el lujoso Hotel Weston, Jean-Louis, Eppright y otros dos evangélicos estadounidenses oraron y trazaron estrategias con cuatro pastores keniatas, antes de que Rachel Ruto se les uniera el último día.
"Fue una inmersión profunda de cuatro días sobre cómo llevarían a cabo la implicación", dijo Eppright.
El grupo redactó un libro blanco que Rachel Ruto presentó a su marido unos días después, explicó. Jean-Louis explicó que las propuestas abordaban cuatro temas: la ley y el orden, la situación humanitaria, el liderazgo político y un componente espiritual.
Al mes siguiente, Rachel Ruto y tres de los pastores viajaron a Austin y Miami, donde se reunieron con evangélicos, miembros de la diáspora haitiana y dirigentes de los departamentos de policía.
Los miembros de la diáspora haitiana hicieron propuestas para transmitir al presidente Ruto, que abarcaban desde la autoridad legal para la misión hasta su duración, dijo Jean-Louis. Reuters no pudo determinar si sus recomendaciones fueron entregadas al presidente.
CUESTIONES ESPIRITUALES
Durante su estancia en Estados Unidos, los pastores keniatas mantuvieron una conversación telefónica con los líderes de las bandas haitianas, entre ellos Barbecue, un expolicía que dice liderar una alianza de grandes bandas llamada Viv Ansanm.
Musasilwa dirigió la conversación. No quiso entrar en detalles, pero le dejó la esperanza de que el conflicto pudiera resolverse pacíficamente, dijo.
"Puede que este tipo sea un demonio, pero hay algo sobre lo que podemos construir", añadió Musasilwa.
Reuters no pudo ponerse en contacto con Barbecue para obtener sus comentarios.
Musasilwa afirmó que también se ha reunido con funcionarios del Departamento de Estado estadounidense. El Departamento de Estado declinó hacer comentarios.
A pesar de centrarse en los aspectos prácticos del despliegue, Musasilwa y otro pastor, Julius Suubi, afirmaron estar convencidos de que los problemas de Haití son principalmente espirituales.
Según cifras del gobierno, alrededor del 2% de los haitianos se identifican como seguidores del vudú, que combina la creencia en un único dios con la adoración de espíritus.
Según Kyrah Malika Daniels, profesora adjunta de Estudios Afroamericanos en la Universidad Emory de Atlanta, son muchos más los que practican las tradiciones vudú junto con otras religiones.
En marzo, pastores keniatas lanzaron una campaña mundial de oración por Haití y redactaron una guía de oración de 134 páginas y 40 días de duración. Varias de las oraciones de los días se centran específicamente en el vudú, al que se refieren con una grafía alternativa.
"Te pedimos padre que destruyas por completo toda maldición vudú de muerte que tengamos", afirma una de ellas.
(Reporte adicional de Harold Isaac en Puerto Príncipe; Editado en Español por Ricardo Figueroa)