Póker online y probabilidad: el papel de la suerte en las plataformas

Aunque la explosión digital en la industria del juego ha vivido su cenit hace relativamente poco, ya en la década de los 90 podían se habían lanzado algunos casinos online. De hecho, el primer proyecto de este tipo se presentó al público en 1996. Desde entonces, la investigación tecnológica no ha cesado en la búsqueda de nuevos mecanismos y recursos que permitieran blindar la seguridad así como optimizar la calidad de la experiencia de usuario.

09 de febrero, 2024 | 11.52

Sin duda, uno de los objetivos más urgentes era diseñar un entorno que permitiese reproducir y proteger uno de los rasgos más característicos del mundo del casino: La capacidad para generar y garantizar el azar. Desde el momento en que se identificó este objetivo, la investigación matemática ocupó un papel relevante y el resultado fueron los RNG o generadores de números aleatorios. Estos han sido aplicados a juegos clásicos como las slots pero, por supuesto, también a todos aquellos juegos de cartas que encontramos en páginas de póker reconocidas y que requieren de sistemas de barajado efectivos. 

Respecto a estas páginas reconocidas, recomendamos principalmente este operador ya que cuenta con una amplia variedad de juegos de póker, donde puedes jugar varias mesas con una sola mano y en pantalla en modo vertical para que te sea más fácil e intuitivo jugar al póker.

Generadores de números aleatorios: Así funcionan los casinos online y los formatos como el póker

Un sistema digital automatizado que sea capaz de generar azar y protegerlo de cualquier instrucción o manipulación externa constituye la base de la transparencia y regulación de los juegos de azar online. Dentro de la mayor parte de los formatos que podemos encontrar dentro de las plataformas funcionan gracias a que cuentan con generadores de números aleatorios o RNG. Simplificando podríamos decir que su función principal es construir una secuencia de números aleatoria por cada milisegundo. Además, otro rasgo importante de estos sistemas es que no presentan ningún tipo de estructura de memoria, es decir, estos juegos no pueden almacenar ningún tipo de información sobre las jugadas o los resultados producidos por el RNG para garantizar la absoluta aleatoriedad durante los procesos.

El mecanismo básico que determina el funcionamiento de los formatos digitales es exactamente el mismo que encontramos en los casinos y establecimientos físicos convencionales. Al final, la fórmula se resume a un algoritmo que garantiza la aleatoriedad. 

Desde el momento en que se introdujeron las primeras propuestas ha habido un desarrollo importante. Hoy podemos encontrar, por ejemplo, diferentes tipologías de RNG aunque los más comunes son los de tipo pseudoaleatorio. Estos no requieren que se introduzcan datos externos para poder crear un resultado aleatorio porque cuentan con un conjunto de algoritmos mediante una serie de números conocidos como “números semilla”.
 

RNG, retos y desarrollo

Parte de su éxito reside en el hecho de que son los propios RNG los que, de un modo completamente independiente, son capaces de autoadministrarse nuevos números semilla a partir de un flujo de  instrucciones consecutivas que se repiten de forma cíclica, por lo general, con una frecuencia de un milisegundo. Aunque podemos encontrar diferentes arquitecturas, lo más habitual es que estos sistemas cuenten con diferentes algoritmos que, a su vez, utilizan diferentes dígitos (sobre todo se suele utilizar el último dígito de los números semilla) obtenidos a partir de fórmulas que se articulan con operaciones simples como la sustracción o la multiplicación.

En las primeras fases de la digitalización las plataformas no utilizaban algoritmos complementarios vinculados a RNG. No obstante, gracias al desarrollo tecnológico fueron apareciendo nuevos retos y limitaciones a la hora de responder a las necesidades de los usuarios. Por ejemplo, existían ciertas restricciones a la hora de garantizar, en los juegos de cartas, los procesos de barajado de forma aleatoria. 

Poco a poco, a lo largo de los primeros años del 2000 se fueron introduciendo recursos más robustos tratando de brindar solución a problemas cada vez más complejos. Por ejemplo, uno de los desafíos más importantes fue el de la colusión, es decir, las prácticas no éticas por parte de los usuarios y la introducción de soluciones capaces de garantizar la seguridad y transparencia tanto para el operador como para los jugadores. En la actualidad destacan de forma especial los algoritmos de tipo determinista porque, entre otras cosas, pueden ofrecer mayores cotas de seguridad en este sentido.

Suerte y legalidad

La regulación de este tipo de plataformas concede especial atención al azar como rasgo distintivo. Es por ello que los proveedores están obligados a someterse a procesos de análisis periódicos llevados a cabo por empresas externas especializadas. A partir de auditorías debidamente documentadas se gestionan las licencias para operar con arreglo a la ley. Existen diferentes auditorías especializadas en el segmento y, aunque pueden cambiar atendiendo a la región el país en que se encuentre el casino, podemos encontrar algunas referencias a nivel internacional como eCogra o Giming Laboratories. 

Estos exámenes periódicos se ven definidos por unos parámetros, en general, altamente restrictivos. En cualquier caso, lo más habitual es que existan variaciones importantes a nivel metodológico y legal entre diferentes regiones y países.
 

El azar como eje vertebral de la regulación y el control

Sólo a partir de sistemas especializados es posible garantizar la seguridad y la transparencia, así como el correcto desarrollo de los diferentes formatos. A partir de técnicas basadas en ciencias matemáticas se puede asegurar el azar en el funcionamiento de los slots y la ausencia de intervención por cualquier agente externo. Como podemos ver, las auditorías, los RNG y el desarrollo de sistemas carentes de métodos de almacenamiento y memoria son esenciales para lograrlo.