Las autoridades israelíes han provocado un desplazamiento forzoso de la población palestina en Gaza hasta un punto que constituye crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, señaló Human Rights Watch en un informe publicado el jueves.
El informe se suma a otros de varios grupos de ayuda y organismos internacionales que alertan sobre la grave situación humanitaria en el enclave asediado.
"Human Rights Watch descubrió que el desplazamiento forzado ha sido generalizado, y las pruebas demuestran que ha sido sistemático y parte de una política de Estado. Estos actos también constituyen crímenes contra la humanidad", señala el informe.
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No hubo comentarios inmediatos del ejército israelí ni del Ministerio de Asuntos Exteriores, pero las autoridades israelíes han rechazado anteriormente tales acusaciones y afirman que sus fuerzas actúan de conformidad con el derecho internacional.
El derecho de los conflictos armados prohíbe el desplazamiento forzoso de la población civil de un territorio ocupado, a menos que sea necesario para la seguridad de los civiles o por razones militares imperativas.
Israel invadió la Franja de Gaza el año pasado después de que hombres armados dirigidos por Hamás atacaran comunidades del sur de Israel, matando a unas 1.200 personas, según las autoridades israelíes, y secuestrando a más de 250 como rehenes.
Desde entonces, la campaña israelí ha matado a más de 43.500 personas, según las autoridades sanitarias de Gaza, y ha destruido gran parte de la infraestructura del enclave, obligando a la mayoría de sus 2,3 millones de habitantes a desplazarse varias veces.
Durante el último mes, las tropas israelíes han desplazado a decenas de miles de personas de zonas del norte del enclave en su intento de destruir las fuerzas de Hamás que, según los militares, se han estado reorganizando en torno a las ciudades de Jabalia, Beit Lahiya y Beit Hanoun.
Human Rights Watch afirmó que el desplazamiento de palestinos "probablemente se planea que sea permanente en las zonas de amortiguación y los corredores de seguridad", una acción que, según dijo, equivaldría a una "limpieza étnica".
El ejército israelí ha negado que pretenda crear zonas de seguridad permanentes y el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, dijo el lunes que los palestinos desplazados de sus hogares en el norte de Gaza podrían regresar al final de la guerra.
Con información de Reuters
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