Incluso antes de que se firmara, el alto el fuego en Gaza puso al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un aprieto: entre un nuevo presidente estadounidense que promete la paz y unos aliados de extrema derecha que quieren que se reanude la guerra. Es probable que la tensión aumente.
Netanyahu se juega mucho: por un lado, mantener su Gobierno de coalición y, por otro, satisfacer al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que quiere aprovechar el impulso del alto el fuego para ampliar los lazos diplomáticos de Israel en Oriente Próximo.
Uno de los aliados nacionalistas de Netanyahu ya ha dimitido por el alto el fuego en Gaza y otro amenaza con seguirle a menos que se reanude la guerra contra Hamás con una fuerza aún mayor que la que devastó gran parte de Gaza durante 15 meses.
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El tiempo corre. La primera fase del alto el fuego debe durar seis semanas. El día 16 de la tregua, el 4 de febrero, Israel y el grupo armado palestino Hamás deben empezar a negociar la segunda fase del alto el fuego, cuyo objetivo declarado es poner fin a la guerra.
El partido Poder Judío, del exministro de Policía Itamar Ben-Gvir, abandonó el Gobierno el domingo y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, dijo que permanecerá en el Gobierno solo si la guerra se reanuda después de la primera fase hasta la derrota total de Hamás, cuyo ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel desencadenó la guerra.
"Debemos volver con un estilo completamente diferente. Tenemos que conquistar Gaza, instaurar un Gobierno militar allí, aunque sea temporalmente, para empezar a alentar la emigración (palestina), empezar a tomar territorio de nuestros enemigos y ganar", dijo Smotrich en una entrevista con el Canal 14 el domingo.
Sin embargo, el enviado de Trump para Oriente Próximo, Steve Witkoff, dijo el miércoles que estaba centrado en garantizar que el acuerdo pase de la primera a la segunda fase, que se espera que incluya una retirada completa de las fuerzas israelíes de Gaza.
"Netanyahu está presionado entre la extrema derecha y Donald Trump", dijo el analista político Amotz Asa-El, del Instituto Shalom Hartman de Jerusalén. "La coalición de Netanyahu ahora es frágil y la probabilidad de que se desmorone en algún momento a lo largo de 2025 es alta".
La oficina de Netanyahu no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Witkoff dijo el miércoles a Fox News que estará en la zona supervisando el alto el fuego, una señal de que mantendrá la presión que ejerció durante las negociaciones del acuerdo.
Según seis altos cargos estadounidenses, israelíes, egipcios y de otros países de Oriente Próximo que hablaron con Reuters en el período previo al anuncio del alto el fuego el 15 de enero, Witkoff desempeñó un papel crucial en la consecución del acuerdo.
ARABIA SAUDÍ
El juego de equilibrios de Netanyahu entre sus aliados de extrema derecha y la Casa Blanca va más allá de Gaza.
Tras el alto el fuego, Trump dijo que aprovecharía el impulso del acuerdo para ampliar los Acuerdos de Abraham, una serie de acuerdos alcanzados durante su primer mandato en virtud de los cuales Israel normalizó sus lazos con los países árabes del golfo Pérsico.
Trump dijo el lunes que ve posible la adhesión de Arabia Saudí.
Netanyahu comparte ese objetivo estratégico. Pero eso no puede ocurrir si la guerra en Gaza sigue abierta, dijo Eyal Hulata, que dirigió el Consejo de Seguridad Nacional de Israel entre 2021 y 2023.
"Si la guerra de Gaza no termina, es imposible avanzar con Arabia Saudí. Y el presidente Trump realmente quiere completar la expansión de la normalización. Es prioritario en su agenda de política exterior".
Para complicar aún más las cosas para Netanyahu, Arabia Saudí ha puesto como condición la creación del Estado palestino para normalizar los lazos con Israel. Smotrich y otros miembros del Gobierno de Netanyahu se oponen ferozmente a ello.
Aun así, es posible que se produzcan avances con Riad a lo largo del año, según dijo a Reuters un diplomático israelí, aunque es probable que las conversaciones sobre la segunda fase del alto el fuego en Gaza resulten difíciles.
Alrededor del 70% de los israelíes apoya el acuerdo de Gaza, según una encuesta publicada el jueves por el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel, y el 61% apoya su incorporación a un acuerdo más amplio que incluya a Arabia Saudí.
La primera fase del alto el fuego incluye la liberación de los rehenes, la retirada parcial de las fuerzas israelíes y el flujo de ayuda a Gaza.
La segunda fase, si se produce, incluiría la liberación de los rehenes restantes y la retirada completa de las fuerzas israelíes. En una tercera fase se espera que comience la reconstrucción de Gaza, supervisada por Egipto, Qatar y Naciones Unidas.
(Información adicional de Nidal al-Mughrabi, John Irish, Steve Holl, Erin Banco, Simon Lewis, Nafisa Eltahir y Andrew Mills; redacción de Maayan Lubell; edición de James Mackenzie y William Maclean; edición en español de Mireia Merino)