Un volcán cercano a la capital de Islandia entró en erupción a última hora del miércoles por décima vez en tres años, arrojando fuentes de lava y humo, informó la oficina meteorológica del país, pero no ocurrieron alteraciones en el tráfico aéreo, ni en las infraestructuras.
Islandia, con casi 400.000 habitantes, está situada en la falla entre las placas tectónicas euroasiática y norteamericana, lo que la convierte en un punto sísmico con géiseres, manantiales de agua caliente y decenas de volcanes.
Retransmisiones en directo desde la zona a través de redes sociales mostraban lava caliente de tonos amarillos y naranjas brillantes que salía disparada hacia el cielo nocturno.
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Los primeros indicios de erupción se registraron 45 minutos antes de que el magma se abriera paso a través de la corteza terrestre abriendo una enorme fisura en el suelo, de unos 3 kilómetros de longitud, según la Oficina Meteorológica de Islandia.
Las autoridades habían advertido previamente de la actividad volcánica a medida que el magma se acumulaba bajo la península de Reikianes, a unos 30 km al suroeste de la capital, Reikiavik, donde la erupción más reciente no terminó hasta el 6 de septiembre. Sin embargo, no se había producido un aumento notable de la actividad sísmica en las últimas semanas, dijo la oficina meteorológica.
Se estima que la erupción del miércoles fue significativamente menor que la anterior, añadió.
Los focos en la península de Reikianes, conocidos como erupciones fisurales, no han afectado directamente a la capital y no provocan dispersiones significativas de ceniza en la estratosfera, lo que evita perturbaciones del tráfico aéreo.
El aeropuerto de Reikiavik, Keflavik, informó en su página web de que los vuelos no se habían visto afectados y que ninguna infraestructura crucial estaba en peligro, pero la Laguna Azul, un balneario geotérmico de lujo, había cerrado y evacuado a sus huéspedes, según la emisora pública RUV.
El cercano pueblo pesquero de Grindavik, donde vivían casi 4.000 personas antes de que se ordenara su evacuación en diciembre del año pasado, permanece prácticamente desierto debido a la amenaza periódica de las coladas de lava.
No había indicios de que la lava estuviera fluyendo hacia la ciudad, pero unas 50 casas ocupadas por personas que han regresado fueron evacuadas, según informó la agencia de protección civil en un comunicado.
Los sistemas geológicos de la zona, que han permanecido inactivos durante 800 años, se reactivaron en 2021 y desde entonces han entrado en erupción con una frecuencia cada vez mayor, siendo el último brote el sexto en lo que va de 2024.
Los expertos han advertido de que es probable que Reikianes experimente repetidos brotes volcánicos durante décadas, posiblemente incluso siglos.
Con información de Reuters