Miembros de tres comunidades indígenas sudamericanas han pedido a España y a la UNESCO que declaren un galeón español que se hundió hace 300 años con un abundante cargamento como "patrimonio común y compartido" del que ellos también deberían beneficiarse.
El galeón San José, del que los historiadores creen que transportaba una de las mayores colecciones de tesoros marítimos no salvados que se conocen, se hundió en 1708 cerca del puerto de Cartagena, en la costa caribeña de Colombia.
Sus restos fueron localizados en 2015 con imágenes de sonar que identificaron cañones de bronce, armas, cerámicas y otros artefactos entre su carga. Colombia anunció en febrero que lanzaría una misión de exploración submarina para recuperar el galeón.
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Los pueblos indígenas killakas, carangas y chichas estiman que sus antepasados —que a menudo trabajaban en condiciones de esclavitud— extraían los metales que constituyen alrededor de la mitad de la carga del barco de minas de lo que hoy es Bolivia, entonces bajo dominio español, que luego eran transportadas al norte, a Cartagena.
El abogado José María Lancho, experto en patrimonio subacuático, presentó la solicitud en nombre de las comunidades indígenas para que se les permita compartir con España y Colombia cualquier ganancia que se obtenga de la recuperación del barco.
"Cualquier iniciativa, intervención o explotación de los restos del galeón sin el consentimiento de estas naciones originarias es un acto de expolio y un acto neocolonial", dijeron las comunidades indígenas en cartas enviadas a la UNESCO y a España y vistas por Reuters.
CAZADORES DE TESOROS
Colombia ha propuesto que España renuncie a su reclamación sobre el barco y su contenido en favor de Bogotá, una medida que Lancho y sus clientes temen que pueda sentar un peligroso precedente en relación con los beneficiarios de otros barcos hundidos de la época colonial y sus recompensas. La ley colombiana favorece a los buscadores de tesoros.
"Si renuncia España, en este caso, a la inmunidad soberana, es obvio que no habrá Estado, ni empresa cazatesoros, que no invoque este antecedente", dijo Lancho a Reuters.
El Gobierno colombiano no respondió a una petición de comentarios.
La UNESCO, la agencia de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura, confirmó que había recibido la petición de las comunidades indígenas.
Un portavoz de la UNESCO dijo que Colombia —a diferencia de España— no había firmado la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001, que cubre estas cuestiones, lo que "limita el alcance de nuestra acción en el caso particular del San José".
El San José formaba parte de la flota del rey Felipe V que luchó contra los británicos durante la Guerra de Sucesión española de 1701-14. Unas 600 personas murieron cuando una flota británica abordó y hundió el galeón en un tiroteo.
España considera el San José un buque de Estado cuyos restos están clasificados como cementerio submarino y no pueden explotarse comercialmente.
Preguntado por el caso, el Ministerio de Cultura español dijo a Reuters: "Colombia y España mantienen en estos momentos excelentes relaciones y entendemos que deben aproximar sus intereses en este asunto".
(Reporte adicional de Julia Symmes Cobb en Bogotá; edición de Aislinn Laing y Gareth Jones; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)