Una asociación de médicos indios convocó a más de un millón de colegas de todo el país a prestar únicamente servicios esenciales el sábado, en una protesta por la brutal violación y asesinato de una doctora que está llamada a ser la mayor huelga de este tipo en los últimos tiempos.
Una semana después de que la doctora, de 31 años, apareciera muerta sobre un colchón empapado en sangre en la facultad de medicina donde trabajaba, en la ciudad oriental de Calcuta, la indignación por el crimen no daba señales de extinguirse.
La doctora se había echado una siesta en una alfombra de la sala de conferencias de la facultad después de trabajar casi 20 horas en un turno de 36 horas, dijo a Reuters el personal de la Facultad de Medicina R G Kar.
MÁS INFO
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La rabia por el fracaso de las duras leyes para disuadir la creciente ola de violencia contra las mujeres ha alimentado las protestas de médicos y grupos de mujeres.
"Las emociones son diferentes esta vez", dijo a Reuters R. V. Asokan, presidente de la Asociación Médica India (IMA, por sus siglas en inglés), la mayor agrupación de médicos, con 400.000 miembros.
"Las mujeres constituyen la mayoría de nuestra profesión en este país. Una y otra vez, hemos pedido seguridad para ellas".
A última hora del jueves, la IMA hizo un llamamiento a los médicos en ejercicio en India, una cifra que calcula que supera el millón, para que cerraran todos los servicios en todo el país, excepto los servicios de urgencias, durante 24 horas a partir del sábado por la mañana.
Un voluntario de la policía, designado para ayudar a los policías locales y sus familias que necesitaban ser ingresados en el hospital, ha sido detenido y acusado del crimen, pero los manifestantes dicen que eso no es suficiente.
Los médicos afirman que las circunstancias de la violación ponen de manifiesto la vulnerabilidad de los médicos que carecen de protección e instalaciones adecuadas.
El endurecimiento de las penas fue uno de los cambios radicales introducidos en el sistema de justicia penal tras la violación en grupo en 2012 de una estudiante de 23 años en un autobús en marcha, que provocó protestas e indignación similares, pero los activistas afirman que poco ha cambiado desde entonces.
Con información de Reuters
Cerrar sesión