El adolescente Diaa al-Adini fue uno de los pocos palestinos que encontró un hospital en funcionamiento en la Gaza devastada por la guerra tras resultar herido por un ataque israelí pero no tuvo mucho tiempo para recuperarse después de que los médicos le amputaron ambos brazos.
Adini, de 15 años, tuvo que huir repentinamente del centro médico desbordado después de que el Ejército israelí ordenó a la gente que abandonara el lugar antes de un ataque en su guerra contra el grupo militante palestino Hamás. Consiguió llegar a un hospital de campaña estadounidense.
Muchos palestinos se han visto desplazados durante el conflicto, moviéndose por la Franja de Gaza en busca de un refugio. La mayoría de las veces no tienen suerte.
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Luchar por salvar la vida es especialmente difícil para palestinos como Adini, que necesitan atención médica urgente pero se ven atrapados en el caos de la guerra, que estalló después de que militantes de Hamás atacaron Israel el 7 de octubre.
Los recuerdos de días mejores proporcionan un alivio limitado. Los ataques israelíes han reducido a escombros la mayor parte de uno de los lugares más poblados del planeta, con la destrucción de calles y calles de viviendas.
"Solíamos nadar, retarnos y dormir, mi amigo Mohammed al-Serei y yo. Solíamos saltar al agua y flotar en ella", dijo Adini, que caminaba por una playa con su hermana Aya recordando las pocas distracciones de antes.
Su hermana colocó una toalla sobre el lugar donde solían estar sus brazos y le limpió la boca.
El ataque ocurrió cuando se encontraba en una cafetería improvisada.
El adolescente, que pasó 12 días en el hospital antes de ser desplazado, también perdió a su tía, los hijos y nietos de ella en la guerra.
"En cuanto a mis brazos, puedo conseguir que me pongan otros, pero no puedo reemplazar a mi tía", dijo.
Israel afirma que hace todo lo posible por evitar víctimas civiles y ha acusado a Hamás de utilizar escudos humanos, algo que el grupo niega.
Es poco probable que el sufrimiento termine pronto, a menos que la mediación de Estados Unidos, Egipto y Qatar garantice un alto el fuego. E incluso entonces, existe la posibilidad de que se reanuden las hostilidades.
"Si Dios quiere, seguiré mi tratamiento en el hospital estadounidense y conseguiré extremidades", dijo Adini.
(Escrito por Michael Georgy; edición en español de Javier López de Lérida)