(Por Néstor Llidó) Juliana Naim Gómez pateaba la pelota desde muy chiquita en el patio de su casa junto a sus hermanos y ya en la adolescencia comenzó a formar parte de equipos de fútbol hasta llegar al plantel superior de Argentino de Merlo, al que representaba en el campeonato de la Primera C".
En un trágico siniestro vial cuando volvía en el auto de un dirigente del club (que no había puesto un micro para el viaje de la delegación a la ciudad santafesina de Rafaela), murió cuando apenas tenía 20 años.
Su pasión por jugar, estar con sus compañeras, quedó trunca, al igual que todos sus sueños y al mismo tiempo que dejaba al descubierto la desidia en los manejos de algunas instituciones en este incipiente proceso de profesionalización del fútbol femenino en el país.
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Se cumple un año del fallecimiento de "July" Gómez y por esa fortaleza que surge en ciertas personas de "poder construir desde el dolor", su madre Marisa se juramentó contribuir para "empezar a cambiar las cosas".
"Elegí no morirme con vos, para hacerme inmortal", repite, a modo de lema de la fundación que con el nombre de su hija se presenta mañana en un teatro del partido bonaerense de Merlo.
Esta asociación sin fines de lucro, creada "con una idea que arranque sola y luego fue sumando una importante cantidad de apoyos", apunta a objetivos tan claros, como necesarios. "Se trata de generar herramientas para acompañar el desarrollo y el crecimiento de miles de chicas que juegan al fútbol y muchas veces carecen de muchas cosas, sobre todo de contención, más allá de la actividad deportiva".
"Por eso, quiero que sientan que van a contar con un lugar que las apoye, las asesore, las proteja, las incluya, con el trabajo de un grupo de profesionales", cuenta Marisa Gómez a la agencia Télam.
La cita es para este domingo 8 de octubre a las 15, al cumplirse el primer aniversario de su muerte, la Fundación Juliana Gómez se lanza en el teatro municipal Enrique Santos Discépolo, en Colón 660 del partido de Merlo, en la zona oeste del Gran Buenos Aires, con un acto de "homenaje y compromiso".
"Ya venimos trabajando y vemos las necesidad de empezar a cambiar un montón de situaciones que ocurren en el fútbol femenino, tanto en los torneos de AFA, como en los de otras ligas en todo el país", señala la impulsora de la iniciativa
Y, añade: "Hay malos manejos de la dirigencia, desamparo para los jugadores, hechos de violencia de género o de acoso sexual, entre otras cuestiones. Cosas que hay que modificar de forma urgente".
Marisa Gómez comenta que "en todos estos últimos meses hemos armado la fundación que, entre otros logros ya alcanzados, cuenta con el padrinazgo del profesor Fernando Signorini, un preparador físico que es palabras mayores en el deporte. Se armaron equipos interdisciplinarios, con psicólogos, asistentes sociales y un grupo de gente con muchas ganas de colaborar, de dar una mano, para que esto marque un antes y un después en el fútbol femenino".
Desde el respaldo de la Asociación del Fútbol Argentino, donde su presidente Claudio "Chiqui" Tapia "abrazó nuestra idea y está comprometido para darnos ese lugar de nexo con los clubes" y la encargada de Género y Equidad de la AFA, Paula Ojeda, "que nos acompaña en todo".
El desarrollo de la Fundación Juliana Gómez ha venido avanzando y ahora ya constituida, "nos vamos a poner en marcha con un plan de acciones concretas".
La entidad contará con su sede propia, ubicada frente a la estación ferroviaria de Merlo en su lado norte, la que fue aportada por el municipio, que apoya el proyecto, mediante su intendenta Karina Menéndez, al igual que su hermano y ex jefe comunal del distrito de la zona oeste del Conurbano bonaerense, Gustavo Menéndez, actual titular del Grupo Banco Provincia.
Más allá de la presencia en el acto inaugural, al que han sido invitados, han expresado su respaldo a la labor de la Fundación Juliana Gómez, el técnico campeón del mundo Lionel Scaloni, el entrenador de la Selección nacional femenina Germán Portanova, la exjudoca Paula Paretto, el plantel de Las Leonas, entre otras figuras del ámbito deportivo.
"Es tanta la gente que tengo para agradecer, porque son muchos los que han apoyado y eso me da mucha más fuerza. No quiero que ninguna mamá vuelva a quedarse con los brazos vacíos", dice Marisa Gómez.
En ese "involucrarse" para empezar con el aporte de "soluciones" a las diferentes problemáticas que afectan al fútbol femenino, la mamá de Juliana Gómez señala que "más allá de todo lo que pasó en Argentino de Merlo, donde todas las chicas se fueron, nos ocupamos de lo que sucede en otros clubes, donde hay pibas que hacen muchos esfuerzos, al igual que sus familias. Y no todas llegan a Primera, por eso apuntamos a un deporte inclusivo, que contenga, sobre todo en aquellos casos donde hay situaciones de vulnerabilidad social".
Entre las ideas, tales como contar con un polideportivo propio, abrir sedes en otras ciudades del país, desarrollar actividades anexas como incorporar a las futbolistas en el Plan Fines para que completen sus estudios, para Marisa Gómez la meta principal reside "en poder llegar a esos lugares donde las chicas juegan y nadie va. Y además de llevarles una camiseta o botines, llegar con un abrazo".
En principio la Fundación funcionará con una serie de departamentos, como los de Género, Social, Psicológico. "Sabemos que hay muchas futbolistas que necesitan de apoyo, al margen de jugar en algún club que a veces representa su segundo hogar. Son chicas que se han criado pasando necesidades, no sólo desde lo económico, sino también desde lo afectivo y arrastrando alguna problemática. Y ahí queremos estar, en esa necesaria contención", afirma y destaca que, por estos días, "las redes sociales ayudaron a multiplicar esta iniciativa".
Cargado de "sensaciones encontradas", entre el dolor infinito de la pérdida y de la presentación de la entidad,, este 8 de octubre es el primer aniversario de aquel siniestro vial, que generó conmoción en la opinión pública, pero especial impacto en la organización del fútbol femenino en el país, que está en vías de crecimiento.
Ese día, "July" Gómez volvía junto a sus compañeras Luján Benítez, Aldana Vargas y Tatiana Corso (que sufrieron heridas), en el auto particular del dirigente Ricardo López, ya que Argentino de Merlo no había dispuesto de un micro para que el plantel se traslade a jugar de visitante contra Atlético de Rafaela. Y cuando circulaban por la ruta nacional 9, a la altura de la ciudad bonaerense de Baradero, volcaron, luego de una mala maniobra.
Tras el fallecimiento del conductor, sucedido días más tarde, la causa penal quedó extinguida, aunque "ninguna condena puede reparar este dolor que me va a acompañar por siempre", sostiene la mujer.
"Gracias a Dios y en la fé, me dieron las fuerzas para seguir, para perdonar. Sabía que algo tenía que hacer y hoy la fundación es una realidad, se pudo armar en casi un año, con la colaboración de algunos periodistas como Bárbara García y Norman Díaz, entre otros. Con ese juramento que tengo hacia July, de elegir no morirme con vos, para hacerme inmortal", concluyó Marisa Gómez.
Con información de Télam