Sapos, ranas, salamandras y otros animales de sangre fría, capaces de vivir en agua y en tierra, son extremadamente vulnerables a los cambios medioambientales, ya que se deshidratan rápidamente, por lo que los especialistas aseguran que el cambio climático es el principal factor de la reducción de ejemplares de esas especies.
Según un estudio publicado hoy en la revista especializada Nature, las consecuencias del cambio climático amenazan la existencia de anfibios, ya que los eventos extremos los perjudican más que a otros animales por no poseer plumas, pelos ni escamas para protegerse.
Las salamandras y los triturus son las especies más afectadas y la amenaza se concentra en las islas del Caribe, en Mesoamérica, en las zonas tropicales de los Andes, Madagascar y Sri Lanka, entre otras regiones, según detalló el artículo.
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En climas extremos vinculados al cambio climático los anfibios se deshidratan rápidamente y además ya perdieron numerosas áreas de espacios húmedos necesarios para su reproducción y las tormentas más frecuentes e intensas, las inundaciones o la subida del nivel del mar pueden destruir los bosques donde viven y se reproducen, consignó la agencia de noticias AFP.
"En muchos casos estos cambios se producen demasiado rápido como para que puedan adaptarse", dijo Kelsey Neam, experta del Grupo de Especialistas en Anfibios de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de Unión Internacional para la Conservación en la Naturaleza (IUCN).
La coautora del estudio difundido hoy agregó que "el cambio climático es una amenaza subestimada para los anfibios. Esperamos que el cambio climático empuje a especies hacia la extinción".
Los anfibios tienen un rol esencial en la cadena alimentaria, ya que alimentan a pájaros, mamíferos y reptiles, según un trabajo de investigación de 2004.
El estudio publicado este miércoles se basa en una actualización realizada el año pasado de esta investigación mundial, usando una evaluación del estado de 8.011 especies, hecha por encargo de la UICN.
La conclusión es que la situación de los anfibios sigue deteriorándose y un 41% de estos animales ahora están clasificados como "amenazados", una calificación que incluye a especies vulnerables, en peligro y en peligro grave.
En algunas zonas de Australia y Brasil, se proyecta que la reducción de las lluvias por el cambio climático amenace la reproducción de las ranas, que dependen de la humedad en el suelo y de las hojas para que sus huevos no se sequen.
Con información de Télam