El presidente francés, Emmanuel Macron, inició el viernes la búsqueda de un nuevo primer ministro mientras los socialistas afirmaron estar abiertos a unirse a una amplia coalición de gobierno, desatando tensiones dentro de un bloque de izquierdas cada vez más frágil.
Macron rechazó esta semana las peticiones de dimisión para resolver la crisis política de Francia, afirmando que el primer ministro, el conservador Michel Barnier, fue destituido por un "frente antirrepublicano" de extrema derecha e izquierda.
"Hemos venido a decir que queremos políticas de izquierdas con un primer ministro de izquierdas y que éste es el mensaje que él (Macron) debe entender ahora después de haber elegido a Michel Barnier", dijo el presidente del Partido Socialista, Olivier Faure, tras reunirse con el presidente.
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En una señal del cambio de tendencia, Faure dijo que está dispuesto a apoyar un gobierno más amplio, ya que "todo el mundo puede ver" que el actual estancamiento político perjudica a Francia, si bien añadió que no podría trabajar con otro primer ministro derechista "bajo ninguna circunstancia".
Buscando una salida a la parálisis política que siguió a las elecciones anticipadas de este verano boreal, los aliados de Macron intentaron durante meses abrir una brecha en la alianza de izquierdas conocida como Nuevo Frente Popular (NFP), instando a los socialistas a cortar lazos con el partido más radical Francia Insumisa (LFI).
El líder de la LFI, Jean-Luc Melenchon, criticó a Faure por hablar con el presidente y afirmó en las redes sociales: "Nada de lo que está haciendo es en nuestro nombre o en el del NFP".
En un discurso en horario de máxima audiencia el jueves, Macron dijo que anunciará un nuevo primer ministro en los próximos días en reemplazo de Barnier, que fue destituido en una moción de censura por los legisladores molestos por su austero proyecto de ley presupuestaria de 2025.
No obstante, está por ver cómo puede reunir Macron el apoyo suficiente en el Parlamento para aprobar el presupuesto o nombrar a un primer ministro duradero. El déficit presupuestario se ha disparado, preocupando a los mercados financieros, pero el fracaso a la hora de acordar un plan para frenarlo ha hecho que los costos de endeudamiento franceses se disparen aún más.
(Escrito por Gabriel Stargardter y Tassilo Hummel; editado en español por Carlos Serrano)