Una multitud de unas 2.000 personas protestó el domingo en París contra el racismo, la islamofobia y la violencia contra los niños, después de que un tribunal permitió que su manifestación siguiera adelante.
Las prohibiciones de protestas han sido más frecuentes en Francia en los últimos meses, en medio de las tensiones provocadas por la guerra de Israel contra Hamás en Gaza.
En un país que alberga grandes comunidades musulmanas y judías, las autoridades han prohibido muchas manifestaciones y concentraciones públicas propalestinas, alegando el riesgo de delitos de odio antisemita y violencia.
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El domingo, los manifestantes marcharon pacíficamente desde el barrio multiétnico de Barbes hacia la plaza de la República. Muchos corearon consignas en recuerdo de Nahel, un joven de 17 años de ascendencia norteafricana que recibió un disparo mortal durante un control policial de tráfico el año pasado.
El jefe de la policía de París, Laurent Núñez, declaró a la cadena de televisión BFM TV que en un principio decidió prohibir la marcha porque, al anunciar la protesta, los organizadores habían comparado la violencia policial francesa con la guerra de Gaza, y consideró que el acto podía suponer una amenaza para el orden público.
Ese argumento fue rechazado por el Tribunal Administrativo de París en una decisión por la vía rápida.
"Luchar y movilizarse por la protección de todos los niños es normal, debería serlo", declaró Yessa Belkgodja, una de las organizadoras de la marcha, celebrando la decisión del tribunal.
"Si nos prohíben protestar, significa que no tenemos derecho a expresarnos en Francia (...) Nos vigilan en las redes sociales. Ya basta, déjennos en paz", dijo Yamina Ayad, una jubilada que iba envuelta en una bandera de Palestina.
Con información de Reuters