Los hijos del hombre que organizó la violación masiva de su madre, Gisèle Pelicot, en un caso que ha conmocionado a Francia, pidieron el lunes a un tribunal que sea castigado severamente y afirmaron que nunca le perdonarán.
Dominique Pelicot ha admitido ante el tribunal haber invitado a decenas de desconocidos durante casi 10 años a su casa para violar a su mujer, que ahora tiene 71 años, después de haberla drogado. Otros cincuenta hombres también están acusados de violarla.
"Nuestra familia ha sido destruida", declaró uno de los hijos, David Pelicot, de 50 años, ante el tribunal de Aviñón. "Espero de este juicio que (...) estos hombres, y ese hombre en el banquillo (su padre), sean castigados por los horrores que infligieron a mi madre".
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En un momento dado, Dominique Pelicot interrumpió el testimonio de su hijo, diciendo que quería disculparse por lo que había hecho. David Pelicot respondió: "¡Nunca!".
Hablando a veces entre lágrimas, David señaló que esperaba que el juicio animara a otras mujeres a hablar de las violaciones, haciéndose eco de declaraciones anteriores de su madre, que pidió que el juicio se celebrara en público para arrojar luz sobre los abusos.
Florian, hermano de David, de 38 años, relató ante el tribunal el caos que siguió a la noticia, hace cuatro años, del calvario que había sufrido su madre a manos de su padre.
Dijo que para él su padre estaba muerto. "Hace cuatro años que perdí a mi padre", dijo al tribunal, llorando por momentos. "Nuestra familia ha quedado destrozada".
Además, pidió al tribunal que impusiera penas duras, "para que las víctimas ya no tengan miedo de hablar".
Su hermana, Caroline Darian, que testificó anteriormente en el juicio, dijo al tribunal de nuevo el lunes que creía que también había sido abusada por su padre. "La única diferencia entre mi madre y yo es que hay pruebas (de los abusos que sufrió su madre)", dijo.
El veredicto del tribunal sobre todos los cargos y la sentencia se esperan para el 20 de diciembre.
(Redactado por Ingrid Melander, con información adicional de Antony Paone; Editado en español por Héctor Espinoza)