Ante el pronóstico de una nueva ola de calor en Formosa y la región, el Ministerio de Desarrollo Humano (MDH) de la provincia reforzó las recomendaciones para prevenir golpes de calor, deshidratación y otros problemas de salud asociados a las temperaturas extremas, que pueden superar los 40°C.
La doctora Claudia Rodríguez, directora de Epidemiología y Medicina Tropical del MDH, explicó que, aunque los formoseños están acostumbrados a temperaturas elevadas, cuando estas se tornan extremas es fundamental tomar precauciones. “Es necesario mantenerse bien hidratado, y beber entre dos y tres litros de agua potable o potabilizada al día”, indicó la especialista. Además, destacó la importancia de evitar bebidas azucaradas y alcohólicas, ya que aumentan la temperatura corporal y favorecen la pérdida de líquidos.


Rodríguez subrayó que los lactantes deben recibir leche materna a demanda, mientras que en niños y adultos mayores se debe fomentar la ingesta de agua, incluso si no manifiestan sed, ya que son los grupos más vulnerables ante el calor extremo.
Otro punto clave es la exposición al sol, por lo que se recomienda evitarla entre las 10hs y las 17hs. Si es inevitable estar al aire libre por motivos laborales o personales, se sugiere buscar espacios con sombra y utilizar protección adecuada: ropa de colores claros, telas livianas y holgadas, mangas y pantalones largos, sombreros de ala ancha y anteojos con filtro UV. También es fundamental aplicar protector solar con alto factor de protección.
La directora señaló que lo ideal es permanecer en espacios frescos y bien ventilados. “Si es posible, quedarse en casa o en lugares acondicionados ayuda a reducir los efectos del calor”, afirmó. En cuanto a la alimentación, recomendó aumentar el consumo de frutas y verduras en todas las comidas, ya que contienen un alto porcentaje de agua y favorecen la hidratación. “Estos alimentos, además de ser más livianos, ayudan a sentirse mejor en los días de calor intenso”, agregó Rodríguez.
Asimismo, advirtió sobre los síntomas que pueden indicar un golpe de calor o deshidratación: sed intensa, debilidad, mareos, fiebre de 40°C o más, boca seca, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, confusión, convulsiones, pérdida del conocimiento, ojos hundidos y piel caliente, seca y enrojecida. Si una persona presenta estos síntomas, se debe trasladarla a la sombra o a un lugar fresco, humedecer su rostro, cabeza y nuca, y ofrecerle agua en pequeños sorbos.
Por último, frente a la persistencia de los síntomas, Rodríguez enfatizó que es crucial comunicarse con los servicios de emergencia o acudir al centro de salud más cercano. “Ante cualquier señal de alarma, la atención médica oportuna puede marcar la diferencia”, concluyó la funcionaria.