De cara a la Fiesta Nacional de la Chaya 2025, el mítico evento cultural y turístico de La Rioja, previsto para el 7 y 8 de febrero del próximo año, el Gobierno de la provincia, a través de las áreas involucradas, dio inicio a las reuniones para diagramar la logística de acondicionamiento del Autódromo de la capital provincial, que será el escenario principal del festival.
En ese sentido, desde la organización precisaron que entre los trabajos de mantenimiento y mejoras se encuentran la puesta a punto de sanitarios, iluminación, vallados y alambrado perimetral, medidas de seguridad, entre otros. Además, según se adelantó, en los próximos días comenzará el trabajo en conjunto con el sector privado, entre los que se encuentran empresarios gastronómicos, hoteleros y agencias de turismo con el objetivo de lograr una estrategia común de promoción y desarrollo turístico durante toda la temporada de verano.
De la misma manera, la organización de la Chaya 2025 anticipó que la próxima semana se realizará el lanzamiento oficial de la fiesta con la grilla de artistas y precios de las entradas. En este encuentro también se dará conocer la fecha para el llamado a licitación de concesión de ranchos y puestos gastronómicos.
De qué trata la Chaya
Según cuenta la leyenda, Chaya era una muy bella jovencita india, que se enamoró perdidamente del Pujllay, joven alegre, pícaro y mujeriego que ignoró los requerimientos amorosos de la hermosa indiecita. Fue así como ella, al no ser debidamente correspondida, se internó en el monte a llorar sus penas y desventuras amorosas, desapareciendo en él para siempre. Desde entonces, suele retornar anualmente, hacia mediado del verano, del brazo de la Diosa Luna (Quilla), en forma de rocío o fina lluvia.
Se trata de un festejo pagano que une las tradiciones carnavalescas de los conquistadores europeos con las celebraciones por las buenas cosechas y el agradecimiento a la Pachamama de los pueblos originarios. En la región, los Diaguitas fueron quienes comenzaron con esta tradición.
En todos los pueblos, los barrios y las calles de la provincia se mezclan harina, albahaca y vino para celebrar una tradición ancestral. Durante el verano esta celebración toda todo el protagonismo en las calles riojanas con coloridos matices y el agregado de una gran cuota de cultura.
En este sentido, se podría decir que es una celebración similar al carnaval del noroeste argentino, ya que se vive en las calles y a cielo abierto. Los topamientos en los barrios, el Festival de la Chaya, las fiestas de harina y albahaca y los corsos carnavalescos se mezclan en cada rincón de la provincia para unir a los pobladores.
Uno de los momentos clave de la Chaya son los topamientos, que son los enfrentamientos amistosos entre los hombres y las mujeres que, al llegar al centro de la calle se arrojan agua y harina como símbolo de confraternidad.
En los topamientos barriales, el Cumpa y la Comadre son los personajes que comandan la ceremonia, que tiene a un muñeco del Pujllay presidiendo la fiesta. Cada barrio tiene su particular liturgia chayera, en la que se incluyen además de los topamientos, las fogatas, los juegos con agua y barro, y la música y el baile.