Este jueves comenzó la Agenda Facundiana, una serie de actividades organizadas por la Secretaría de Culturas de la Provincia de La Rioja para homenajear la memoria del General Juan Facundo Quiroga, al cumplirse 190 años de su asesinato.
Ana Mercado Luna, subsecretaria de Patrimonio Cultural y Museos, informó que las jornadas incluyen charlas, visitas a sitios históricos, la colocación de una placa conmemorativa, un congreso académico y una peña folklórica.
Las actividades iniciaron en la Capital riojana con la charla taller Facundo en la Ruta de Caudillos y Pueblos Originarios, realizada en el Memorial del Parque de las Juventudes, con la participación de guías de museos y especialistas en historia regional.
El sábado 15, en Malanzán, se llevará a cabo el primer Congreso Facundiano, donde historiadores disertarán sobre la figura de Quiroga. La jornada concluirá con la Peña del Tigre de los Llanos, con música, gastronomía y ferias de artesanos.
Finalmente, el domingo 16, en San Antonio, su pueblo natal, se realizará el acto central con autoridades provinciales y el Consejo Provincial de Culturas. Además de recordar a Quiroga, la propuesta busca fortalecer el turismo histórico en la provincia.
Quién fue Facundo Quiroga
Nacido el 27 de noviembre de 1788 en San Antonio, La Rioja, Facundo Quiroga se convirtió en una de las figuras más influyentes del federalismo en Argentina durante la primera mitad del siglo XIX. Fue político, militar y gobernador, y su liderazgo se consolidó en las provincias de La Rioja, San Juan, Catamarca, Tucumán, San Luis, Mendoza, Salta y Jujuy.
En el marco de los conflictos civiles entre unitarios y federales, Quiroga ganó fama como el "Tigre de los Llanos". Su figura quedó inmortalizada en el ensayo "Facundo o Civilización y Barbarie" de Domingo Faustino Sarmiento, quien lo retrató como el símbolo de la violencia y el desorden en la joven nación.
Si bien fue aliado de Juan Manuel de Rosas, ambos mantenían diferencias en torno a la organización nacional. Mientras Quiroga abogaba por un gobierno federal que distribuyera equitativamente los ingresos del país, Rosas y los terratenientes porteños se oponían a perder el control de la Aduana y las rentas del puerto. Rosas argumentaba que las provincias debían organizarse antes de conformar una administración central, resistiendo cualquier intento de redistribución del poder.
A pesar de estas diferencias, Quiroga mantuvo gestos de acercamiento con Rosas, como nombrar a Encarnación Ezcurra, esposa del gobernador bonaerense, su representante comercial y enviarle un caballo en señal de buena voluntad. Rosas celebró estos gestos, destacándolos como "rasgos maestros en política".
En 1835, Quiroga fue enviado por Rosas a mediar en los conflictos del norte, buscando un acuerdo entre las provincias en disputa. Tras reunirse con líderes de ambos bandos en Santiago del Estero, emprendió su regreso, ignorando las advertencias sobre una posible emboscada.
Confiado en su autoridad, desestimó los riesgos y continuó su viaje sin escolta militar. "No ha nacido todavía el hombre que se atreva a matar al general Quiroga", le aseguró al gobernador santiagueño Ibarra. Sin embargo, el 16 de febrero de 1835, en la posta de Barranca Yaco, en Córdoba, cayó en una emboscada organizada por Santos Pérez y un grupo de 32 hombres.
Cuando su carruaje fue interceptado, Quiroga preguntó quién comandaba la partida. Su respuesta fue un disparo que impactó en su ojo izquierdo. Un segundo tiro lo alcanzó en el cuello, y su asesino, Basilio Márquez, subió al carruaje para degollarlo. José Santos Ortiz, su acompañante y exgobernador de San Luis, también fue ejecutado.