Una de las reservas de humedales costeros con mayor biodiversidad de Europa se ha visto inundada con toneladas de residuos plásticos, coches destrozados y productos farmacéuticos por las inundaciones repentinas que asolaron el sureste de España el mes pasado.
La Albufera, al sur de Valencia, hogar de al menos 372 especies de aves y de peces de agua dulce en peligro de extinción, como el fartet, está ahora inundada de frigoríficos, bidones de gasolina, balones de fútbol y otros restos.
"Es dramático ver en directo cómo un espacio de tanto valor paisajístico, cultural y económico y de tanta belleza ha quedado convertido en un vertedero tóxico", afirmó Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España.
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Dos tercios de las 21.000 hectáreas del Parque Natural de la Albufera son arrozales, base de la famosa paella valenciana y del 17% del arroz español.
Algunas partes están contaminadas por aguas residuales prácticamente sin diluir procedentes de depuradoras inoperativas y alcantarillas dañadas.
Pablo Vera, conservacionista que trabaja en el parque desde hace dos décadas, afirma que el ecosistema podría recuperarse "siempre y cuando se le preste el cariño que merece".
Según el Ayuntamiento de Valencia, la restauración costará al menos 9,58 millones de euros (10 millones de dólares).
Según un informe suyo, las inundaciones sin precedentes han elevado la laguna un metro. Los 120 millones de litros vertidos equivalen al 50%-70% del agua que normalmente entra en el sistema en un año.
Carles Sanchis, investigador que dirige el consejo rector del parque y ayuda a coordinar a los voluntarios que recogen los residuos, señaló que ahora había altas concentraciones de residuos farmacológicos.
"La parte analítica —(calcular) qué impacto tiene sobre el suelo y la fauna— va a tener que venir a posteriori y va a depender del trabajo que hagamos ahora", dijo Sanchis.
El pescador Pepe Caballero seguía sin poder trabajar en la laguna porque los equipos de rescate seguían buscando cadáveres en ella. "La Albufera no se puede coger como un vertedero más", dijo. "La administración tiene que ponerse las pilas".
El arrocero Vicent Moncoli vio sus almacenes inundados hasta una profundidad de 2 metros, y la mayoría de sus almacenes destruidos. Pero la ayuda no remunerada que ha reclutado le da esperanzas de que la cosecha de la próxima temporada salga adelante:
"Mi hijo me está diciendo que este año no haremos arroz. Yo le he dicho 'Sí que haremos, ya verás'".
(1 dólar = 0,9516 euros)
(Reportaje de Miguel Gutiérrez, Guillermo Martínez y Eva Máñez; Redacción de David Latona; Edición de Kevin Liffey)