Federico Ariel y Gabriela Soto fueron distinguidos con el premio Estímulo 2023 de la Fundación Bunge y Born por destacarse a nivel internacional en agrobiotecnología, disciplina que aplica métodos y conceptos de la biología molecular al mejoramiento de alimentos como cereales, verduras y frutas.
Los investigadores acompañan a Raquel Chan, seleccionada para el Premio Fundación Bunge y Born 2023 en Agrobiotecnología, que serán reconocidos mañana en el Centro Cultural Kirchner (CCK).
Federico es biotecnólogo y doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional del Litoral, publicó más de 70 artículos, expuso en las conferencias internacionales y recibió numerosos reconocimientos por su trabajo.
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El más reciente fue el Unesco Al-Fozan Award, como uno de los cinco jóvenes científicos CTIM (ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas) más destacados del mundo.
"Siempre los premios y reconocimientos abren un espacio para reflexionar sobre el recorrido transitado y hacer balances. Esta es una oportunidad para agradecer a todos los equipos de investigación en los que fui participando, en especial a mi grupo actual, que es una maravilla en todo sentido", dijo a Télam el científico.
Ariel se dedica a la investigación biotecnológica de las plantas para el desarrollo de nuevas técnicas saludables que reemplacen los pesticidas en el cultivo de hortalizas y frutas.
Su equipo utiliza tecnología no transgénica mediante el uso de ácido ribonucleico (ARN) de interferencia, que permite que las plantas desarrollen moléculas específicas para lograr inmunización frente a hongos, insectos o virus.
"Desde hace años venimos trabajando en el campo de la biología y la bioquímica del ARN en plantas. En el transcurso de nuestras investigaciones entendimos cómo podíamos comunicarnos con las plantas codificando información en ARN aplicándolo por spray", explicó.
Y agregó que "lo que hacemos es mostrarle a la planta un pedacito del genoma de un patógeno y las plantas generan defensas específicas para defenderse. De esta manera podemos evitar el uso de pesticidas sintéticos".
El científico especificó que el principal desafío en su disciplina consiste en articular la transformación de ciencia en tecnología, "proceso en el que hacen falta nuevos actores y herramientas. Hasta hace pocos años había asegurado que yo sólo me dedicaba a la ciencia básica en biología molecular en plantas, y hoy me otorgan un premio en Agrobiotecnología".
"Es muy importante que mi generación de científicos y científicas dediquemos creatividad y esfuerzo en el diseño de soluciones más amigables con el ambiente y la salud humana. En todas las áreas de desarrollo tecnológico, en pos del bienestar de las personas y la sostenibilidad del planeta", concluyó.
Por su parte, Gabriela Soto, doctora en Ciencias Biológicas, fue distinguida por su trabajo e innovación en genes de interés agronómico, centrándose en la alfalfa y en variedades que permiten mayor producción sostenible para semilleros, productores y consumidores, y cuenta con tres patentes de carácter internacional.
"Buscamos generar variedades nuevas que se adapten mejor a distintas condiciones climáticas, condiciones de los suelos, variedades que produzcan más en zonas subóptimas, que toleren herbicidas y aumenten la productividad, entre otros", precisó a esta agencia Soto.
Sobre el reconocimiento de este año a la Agrobiotecnología, la científica aseguró que implica "valorar y reconocer los aportes que esta disciplina hace al sistema científico, al desarrollo tecnológico y el impacto que tiene en la sociedad".
Además, la especialista señaló que en la disciplina "es muy importante estar en contacto directo con la realidad y tratar de ofrecer soluciones a problemas concretos que ya tenemos, y también podes dedicar un tiempo a tratar de predecir posibles problemas futuros para preparar estrategias para contenerlos".
"Nuestro convencimiento es que es muy importante mantener la productividad e incluso mejorarla y trabajar para generar más rendimiento, para abastecer la demanda mundial de alimento sin descuidar el impacto ambiental que dejamos, tratando de minimizar al máximo la huella ambiental, virando hacia un agro más sustentable", concluyó.
Los premios Fundación Bunge y Born se entrega desde 1964, y el premio Estímulo, que destaca los aportes de investigadores más jóvenes, se entrega desde 2001.
Con información de Télam