Israel impedirá que el consulado español en Jerusalén preste servicios a los palestinos en Cisjordania, territorio palestino bajo ocupación israelí, tras la decisión de Madrid esta semana de reconocer un Estado palestino, dijo el viernes el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz.
La medida es el último paso en un agrio pulso entre Israel y España, que se unió a Irlanda y Noruega para anunciar que reconocería el Estado de Palestina, como parte de los esfuerzos para presionar a Israel para que ponga fin a la guerra en Gaza, donde la campaña israelí ha matado a más de 35.000 personas.
Israel ha rechazado la medida, acusando a los tres países europeos de recompensar a Hamás por su devastador ataque contra Israel del 7 de octubre, en el que murieron unos 1.200 israelíes y extranjeros y unos 250 fueron secuestrados en Gaza.
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Katz se mostró especialmente enfadado por lo que calificó de comentarios antisemitas de la ministra española de Trabajo, Yolanda Díaz, que utilizó la expresión "Palestina será libre desde el río hasta el mar" en un vídeo publicado en la red social X esta semana.
La expresión, utilizada por primera vez por la Organización para la Liberación de Palestina, es entendida por muchos en Israel como un llamamiento a la destrucción del Estado israelí.
Díaz, que también lidera la coalición Sumar en el Gobierno español, dijo el viernes que sus palabras pretendían celebrar un intento de encontrar la paz mediante una solución de dos Estados al conflicto en Oriente Próximo y que no era antisemita.
La ministra dijo a la prensa en Madrid que no estaba de acuerdo con la política del odio y que creía que se había entendido lo que intentaba explicar en el vídeo, que es un paso muy importante que España ha dado como país.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dijo el viernes que España estaba analizando la decisión de Israel de limitar las capacidades del consulado español para atender a los palestinos en Cisjordania.
Albares dijo que se estaba hablando de territorios ocupados reconocidos por Naciones Unidas y que estaban analizando con Noruega e Irlanda qué medidas adoptar.
(James Mackenzie en Jerusalén, Belén Carreno y Charlie Devereux en Madrid; editado por William Maclean; editado en español por Mireia Merino)