En su reciente intervención en la Cámara de Diputados, el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, negó que el Gobierno nacional haya detenido el proyecto de la Nueva Planta de Uranio (NPU) de Dioxitek, que se está construyendo dentro del Polo Científico, Tecnológico e Innovación de la provincia de Formosa. Sin embargo, esta declaración no se condice con la realidad en la planta y el impacto financiero que tiene el freno de la obra.
Durante el Informe de Gestión que presentó el jefe de Gabinete, se le solicitó que aclare por qué el Gobierno nacional incumplió el acuerdo homologado judicialmente para la construcción de la planta en Formosa, y cómo se remediarán los más de 150 millones de dólares que ya fueron invertidos. Además, se le pidió que evalúe las consecuencias legales y económicas de la paralización, que aún no fueron adecuadamente analizadas.
Francos respondió a esta consulta indicando la interrupción de las partidas del tesoro nacional desde septiembre de 2023 “demoraron” la construcción, y aseguró que no se tomó la decisión de detener la obra. "Durante la gestión anterior de Gobierno, en el mes de septiembre del 2023, se dejaron de recibir partidas de parte de Tesoro de la Nación, por lo que el ritmo de la obra se ha disminuido y Dioxitek se encuentra en una situación deudora con algunos proveedores, pero de ninguna manera se ha detenido la obra. Desde el Ministerio de Economía se informa que, a la fecha, no hay ninguna decisión ni comunicación del Gobierno nacional en donde se informe o solicite a Dioxitek no culminar o no continuar la Obra NPU en la provincia de Formosa", afirmó el jefe de Gabinete.
Además, durante su exposición sobre Dioxitek, Francos sostuvo: "Al momento, no hay un perjuicio patrimonial dado que se están haciendo las inversiones y tomando todos los recaudos para que esta ralentización no perjudique la infraestructura y los equipos existentes en la NPU. No se ha efectuado el análisis de eventuales consecuencias penales, no se ha solicitado o instruido a Dioxitek a no culminar la obra".
Sin embargo, contrario a las declaraciones de Francos, en la actualidad la obra en la planta de Dioxitek en Formosa no avanza, y se encuentra operando solamente en un modo mínimo de seguridad. Incluso, la falta de financiamiento nacional llevó al despido de personal técnico y profesional: en lo que va del 2024, ya fueron desvinculados 36 trabajadores. Además, las deudas acumuladas con los contratistas que trabajan en el proyecto están produciendo un importante perjuicio económico y potenciales conflictos legales para Dioxitek, lo que pone en riesgo su poca estabilidad operativa.
Por lo tanto, la ausencia de un análisis adecuado sobre las consecuencias legales y económicas de la paralización de la planta, que confirmó el jefe de Gabiente, no hacen más que generar una gran incertidumbre sobre lo que ocurrirá con Dioxitek en Formosa. Cabe destacar, además, que el corte del proyecto también tiene una implicancia directa con la planta de Dioxitek en Córdoba, cuyo futuro está ligado al avance de la obra en Formosa: la renovación del permiso para operar más allá de diciembre de 2024 está en riesgo, y perjudica el panorama de toda la energía nuclear. Como puede observarse, la disparidad entre la información oficial que da el Gobierno nacional y la situación real pone en evidencia una falta de claridad y una crisis que exige una pronta resolución, no sólo para el proyecto, sino para asegurar el suministro de combustible nuclear de la Argentina.
Cuál es la importancia de Dioxitek
Dioxitek es una empresa que se destaca en la fabricación de fuentes selladas de Cobalto-60 (Co-60), las cuales son utilizadas en la industria, la esterilización de equipos médicos y la preservación de alimentos, entre otros usos; y son exportadas a Canadá y Chile. Sin embargo, también es reconocida como líder regional en la producción de polvo de dióxido de uranio, utilizado en la fabricación de los elementos combustibles que emplean las centrales nucleares argentinas.
El proyecto de la Nueva Planta de Uranio, emplazada en Formosa, funcionaría como complemento de la planta de Dioxitek en Córdoba, convirtiéndose en un elemento esencial para asegurar el suministro continuo de UO2, necesario para el funcionamiento de las centrales nucleares de Atucha I, Atucha II y Embalse, que contribuyen con el 7% de la energía eléctrica nacional. "El Proyecto de la Nueva Planta de Uranio en Formosa es crucial para garantizar el suministro de dióxido de uranio, un componente clave para las centrales nucleares de toda la Argentina. Además, representa una importante oportunidad de desarrollo económico y tecnológico para la región. La paralización total del proyecto pone en jaque estos objetivos, lo cual afecta directamente al suministro de combustible nuclear en el país", expresó Julio Aráoz, expresidente del Directorio de Dioxitek.
Por otra parte, es importante destacar que la NPU, por su tecnología y sus características logísticas, iba a minimizar el impacto ambiental y a eliminar la necesidad de desechar líquidos, al adoptar un enfoque de vertido líquido cero. Mediante un Sistema Integral de Gestión de Efluentes, el líquido utilizado en la NPU durante el proceso productivo sería reciclado, evaporizado, cristalizado o recuperado en un subproducto (Nitrato de Amonio), para asegurar que no se registren descargas al sistema ambiental. Además, al reutilizar la mayor cantidad de agua residual, la planta lograría disminuir al máximo su consumo de agua.
Como puede observarse, comparada con las actuales plantas industriales en el país y la región, la NPU iba a estar a la vanguardia, ofreciendo un modelo de eficiencia, seguridad y modernización. Sin embargo, la falta de transferencias por parte de Nación ha llevado a su paralización, poniendo en grave riesgo la finalización de la planta.