Reino Unido parece encaminada a elegir al líder del Partido Laborista, Keir Starmer, como próximo primer ministro cuando los votantes acudan a las urnas el jueves, barriendo del poder a los conservadores de Rishi Sunak tras 14 años a menudo turbulentos.
Según los sondeos, el partido de centro-izquierda de Starmer se dirige a una victoria aplastante, y los votantes darían así la espalda a los conservadores tras un periodo de luchas internas y agitación que ha llevado a tener hasta cinco primeros ministros en ocho años.
Sin embargo, las encuestas muestran que muchos votantes simplemente quieren un cambio, en lugar de apoyar fervientemente a los laboristas, lo que significa que Starmer podría llegar al cargo con una de las mayores listas de tareas pendientes de la historia británica, pero sin una oleada de apoyo ni los recursos financieros para abordarla.
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"Hoy, Reino Unido puede empezar un nuevo capítulo", dijo Starmer a los votantes en una declaración el jueves. "No podemos permitirnos cinco años más de conservadurismo. Pero el cambio solo se producirá si votáis a los laboristas".
Sunak, que convocó las elecciones meses antes de lo previsto, ha abandonado en las últimas semanas su llamamiento a una quinta victoria consecutiva de los conservadores y ha pasado a advertir de los peligros de un Partido Laborista con una oposición débil en el Parlamento.
El todavía primer ministro lanzó un nuevo grito de guerra a los votantes para el día de las elecciones, diciendo que un Gobierno laborista subiría los impuestos, obstaculizaría la recuperación económica y dejaría a Reino Unido más vulnerable en un momento de tensión geopolítica, acusaciones que los laboristas niegan.
"Harán un daño duradero a nuestro país y a nuestra economía, como hicieron la última vez que estuvieron en el poder", dijo Sunak. "No dejemos que eso ocurra".
CASTIGO AL GOBIERNO
Si los sondeos de opinión son correctos, Reino Unido seguirá a otros países europeos en el castigo a sus Gobiernos tras la crisis del coste de la vida derivada de la pandemia del COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania. A diferencia de Francia, parece que se moverá hacia el centro izquierda y no más a la derecha.
Los laboristas han mantenido una ventaja en las encuestas de entre 15 y 20 puntos desde poco después de que Sunak fuera elegido por sus parlamentarios en octubre de 2022 para sustituir a Liz Truss, que dimitió al cabo de 44 días, tras haber provocado el desplome del mercado de bonos y de la libra esterlina.
Los modelos elaborados por los encuestadores predicen que los laboristas van camino de lograr una de las mayores victorias electorales de la historia británica, con una probable mayoría en el Parlamento, que superaría las logradas por Tony Blair o Margaret Thatcher, aunque un elevado número de votantes están indecisos y la participación podría ser baja.
Un resultado así habría sido impensable en las últimas elecciones británicas de 2019, cuando Boris Johnson logró una amplia victoria para los conservadores, y los políticos pronosticaron que el partido estaría en el poder durante al menos 10 años, ya que los laboristas atravesaban un momento de gran precariedad.
Starmer, ex fiscal jefe de Inglaterra y Gales, tomó el relevo del veterano socialista Jeremy Corbyn en el laborismo después de que este sufriera en 2019 su peor derrota en 84 años, y lo llevó de nuevo al centro.
Al mismo tiempo, los conservadores en Westminster han implosionado, desgarrados por los escándalos durante el mandato de Johnson y por el rencor que siguió a la votación para salir de la Unión Europea, así como el incumplimiento de las demandas de su amplia base de votantes de 2019.
Mientras Johnson destruía la reputación de integridad del partido, Truss erosionaba su larga credibilidad económica, dejando a Sunak el timón del barco. Durante su mandato, la inflación volvió al objetivo desde su máximo de 41 años del 11,1% y resolvió algunas tensiones del Brexit, pero las encuestas no se han movido.
La campaña electoral de Sunak se ha visto afectada por una serie de meteduras de pata. Anunció el voto bajo una lluvia torrencial, una salida anticipada de un acto del Día D en Francia enfureció a los veteranos, y las acusaciones de apuestas electorales entre sus colaboradores reavivaron los rumores de escándalo.
La inesperada llegada de Nigel Farage para liderar el partido de derechas Reform UK también ha restado votos a los conservadores, mientras que se prevé que los centristas liberaldemócratas obtengan buenos resultados en las zonas tradicionalmente acomodadas del partido.
PROMESA DE CAMBIO
Starmer también podría beneficiarse de una recuperación laborista en Escocia, después de que el Partido Nacional Escocés se embarcara en su propio camino autodestructivo tras un escándalo de financiación, y parece que perderá su bastión por primera vez desde 2015.
Pero la suerte de Starmer puede encontrarse con mayores retos en Downing Street, residencia de los primeros ministros.
Su campaña se basó en la promesa de una sola palabra: "Cambio", aprovechando el enfado por el estado de los servicios públicos y la caída del nivel de vida. Pero tendrá pocas palancas de las que tirar, con una presión fiscal que alcanzará su nivel más alto desde 1949 y una deuda neta casi equivalente a la producción económica anual.
Starmer ha advertido sistemáticamente de que no podrá arreglar nada rápidamente, y su partido ha cortejado a los inversores internacionales para que le ayuden a afrontar los retos.
Sunak ha argumentado que sus 20 meses en el cargo han situado a la economía en una senda ascendente y que no debe permitirse que los laboristas pongan esto en peligro.
Los votantes darán su veredicto el jueves.
Las urnas estarán abiertas desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche (0600-2100 GMT) y un sondeo a pie de urna a las 10 de la noche dará la primera señal del resultado, mientras que los resultados detallados se esperan a primera hora del viernes.
(Escrito por Kate Holton; información adicional de William Schomberg; editado por Janet Lawrence; editado en español por Tomás Cobos)