La líder ultraderechista francesa Marine Le Pen confía en que su partido consiga la mayoría absoluta en el Parlamento, forme Gobierno e imponga límites a lo que puede hacer el presidente Emmanuel Macron para apoyar a Ucrania, según declaró a escasos días antes del inicio de las votaciones.
Macron seguirá siendo presidente tras las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y el 7 de julio, que convocó después de que el Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen arrollara a su alianza centrista Juntos en las elecciones europeas, pero podría tener que compartir el poder con sus enemigos.
"En cuanto a la elección del primer ministro, el presidente ha comprendido que no tiene mucho donde elegir, ya que Jordan Bardella tendrá un mandato del pueblo francés", dijo Le Pen al diario regional Le Télégramme de Brest, refiriéndose al candidato elegido por su partido para la jefatura del Gobierno.
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Los sondeos de opinión sugieren sistemáticamente que RN, antiinmigración y euroescéptico, tiene una cómoda ventaja en términos de porcentaje del voto popular, con una coalición de izquierdas en segundo lugar y los centristas de Macron en tercero.
Sin embargo, la gran incógnita es si RN puede obtener una mayoría absoluta de 289 escaños o más en la Asamblea Nacional. El último sondeo, publicado el miércoles por Ifop, preveía que ella y sus aliados obtendrían entre 220 y 260 escaños.
"Qué arrogancia la de Marine Le Pen al considerar que RN ya ha ganado las elecciones", dijo el jueves el viceministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, al canal de televisión TF1.
El mandato de Macron se extiende hasta 2027 y no puede ser forzado a abandonar el poder. Desde la posguerra, Francia ha tenido tres periodos de "cohabitación", cuando el presidente y el Gobierno eran de bandos políticos opuestos.
Le Pen predijo que a Macron le resultaría incómodo, e incluso insinuó que pensaba que podría tirar la toalla antes de tiempo.
"No sé cuál será su reacción. Dada su arrogancia, ¿lo aguantará mucho tiempo?", dijo en la entrevista publicada en el sitio web de Le Télégramme a última hora del miércoles.
Macron ha repetido en varias ocasiones que seguirá siendo presidente hasta 2027, sea cual sea el resultado de las elecciones.
"SOMOS GENTE RAZONABLE"
A grandes rasgos, la Constitución francesa otorga al presidente un amplio margen de maniobra en política exterior y defensa cuando hay cohabitación, mientras que el primer ministro y el Gobierno toman las riendas de los asuntos internos, incluida la política económica.
Pero Le Pen pareció sugerir que Bardella, como primer ministro, podría restringir el margen de maniobra de Macron.
"Para el presidente, ser jefe del ejército es un título honorífico, ya que es el primer ministro quien maneja los hilos", dijo.
"Jordan no tiene intención de buscar pelea con él (Macron), pero ha dejado claras las líneas rojas. En el caso de Ucrania, el presidente no podrá enviar tropas".
El ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, que ha acusado a RN de cambiar repetidamente su postura sobre Ucrania hasta el punto de contradecirse, contraatacó.
"La Constitución no es honorífica", dijo en una publicación en X, pasando a citar un discurso de 1962 del entonces presidente Charles de Gaulle sobre los amplios poderes del jefe del Estado.
Macron causó un revuelo diplomático en febrero cuando dijo que las naciones occidentales no debían descartar el envío de tropas a Ucrania para ayudarla en su guerra contra los invasores rusos. Estados Unidos y sus principales aliados europeos afirmaron posteriormente que no tenían previsto enviar tropas terrestres a Ucrania.
Le Pen y Bardella han cambiado radicalmente la imagen del RN en los últimos años, considerado en su día demasiado tóxico para alcanzar el poder debido a su virulenta postura antiinmigración, que según los críticos fomenta el racismo, y con un historial de comentarios antisemitas.
Le Pen y Bardella la han reposicionado como defensora de la clase trabajadora y promueven políticas como la reducción de la edad de jubilación, aunque han dado marcha atrás en algunas de sus propuestas más costosas para disipar las dudas sobre su competencia económica.
"La gente debería dejar de pensar que el mundo se va a acabar (si ganamos el poder). Somos gente razonable", dijo Le Pen.
El partido sigue siendo fuertemente antiinmigración. Sus políticas incluyen la reducción o cancelación del acceso de los inmigrantes a la asistencia social y sanitaria y la supresión del derecho automático a la nacionalidad francesa de los hijos de extranjeros nacidos en Francia.
Le Pen ha presentado cada vez más la inmigración, no solo como una amenaza cultural para lo que ella considera auténticos valores franceses, sino también como una carga económica que la nación no puede permitirse.
"La inmigración es el elefante en la habitación. No sabemos cuánto cuesta", dijo a Le Télégramme en el marco de unas declaraciones sobre cómo gestionaría un Gobierno de RN las tensas finanzas públicas francesas.
(Redactado por Estelle Shirbon; editado por Janet Lawrence; editado en español por Tomás Cobos)