Los sondeos en México han colocado casi unánimemente a la aspirante del partido gobernante, Claudia Sheinbaum, como la clara favorita para ganar las elecciones presidenciales del 2 de junio, pero los encuestadores están muy interesados en hacer hincapié en una incógnita crucial: la participación de los votantes.
Los comicios recientes, incluidas las pasadas elecciones presidenciales en México, demuestran que los sondeos pueden diferir significativamente de los resultados del día de las votaciones porque la participación es especialmente difícil de predecir, según entrevistas con los principales encuestadores mexicanos.
La imprevisibilidad sobre qué votantes están más motivados para presentarse el día de las elecciones se produce cuando muchos ven que la carrera presidencial se acerca a sus últimos días, aunque Sheinbaum, una científica, sigue teniendo una cómoda ventaja en la mayoría de las encuestas, que varía entre 11 y 22 puntos sobre su principal rival de la oposición, Xóchitl Gálvez, una empresaria y exsenadora que representa a una coalición de izquierda-derecha.
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Una encuestadora, Massive Caller, que realiza sondeos mediante un controvertido método de llamadas telefónicas automatizadas, ha mostrado la carrera mucho más ajustada, con Gálvez y Sheinbaum en un empate técnico.
Reuters entrevistó a siete encuestadores para conocer la imprevisibilidad de la participación y las dificultades de sondear el sentimiento de los votantes en México, país al que no se puede acceder a algunas zonas por motivos de seguridad.
Cuatro encuestadores dijeron que creen que es probable que los partidarios de Gálvez voten en mayor número, mientras que los otros tres se negaron a elegir un lado más motivado.
"La oposición va a votar en una proporción realmente alta", predijo Francisco Abundis, director de la empresa de sondeos Parametría, calificando a sus votantes de "hipermotivados" frente a los partidarios menos comprometidos del partido gobernante, Morena.
Abundis subrayó que las diferencias relativas en la participación pueden reducir la brecha en el resultado final y se refirió a las elecciones a gobernador del año pasado en el estado más poblado de México, en las que la candidata de Morena ganó por ocho puntos, aunque las encuestas de los días finales previos a los comicios estimaban una ventaja de al menos el doble.
Las zonas del estado que votaron por la ganadora registraron una participación de alrededor del 40%, mientras que las zonas que apoyaron mayoritariamente a la candidata de la oposición registraron una participación de alrededor del 60%, señaló.
Si se repite la misma dinámica en la contienda presidencial de este domingo, la ventaja de Sheinbaum en las encuestas se reduciría significativamente.
¿UNA CONCLUSIÓN INEVITABLE?
Sheinbaum y su equipo se han referido con frecuencia a su ventaja en las encuestas durante la campaña, en parte, según los analistas, porque debilita a la oposición.
Pero el director de la empresa de sondeos BGC, Ulises Beltrán, sostiene que esa táctica también puede ser contraproducente.
"Si ya ha ganado, si es seguro que va a ganar, ¿para qué votar?", dijo Beltrán.
La encuestadora independiente Lorena Becerra cree que la participación relativa de Sheinbaum o Gálvez probablemente se reducirá a si los votantes están más motivados por la insatisfacción con el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador y los persistentes niveles de criminalidad o por el temor a poner fin al generoso gasto social que es parte de su legado.
Becerra dijo que, aunque la ventaja de Sheinbaum en las encuestas podría llevar a algunos a pensar que la carrera es una cuestión inevitable y abstenerse de votar, un número récord de cargos de elección locales también en la papeleta podría hacer que la participación alcanzara el 60% o más.
Los encuestadores intentan predecir la participación preguntando directamente a los encuestados si piensan votar o formulando preguntas indirectas, como si conocen la fecha de las elecciones.
"Lo que estoy viendo es una contienda muy movida, es una contienda que sí se ha movido hacia cerrarse", dijo, y agregó que estimar la participación es "muy complicada".
Los encuestadores están divididos sobre si la participación general aumentará o disminuirá en comparación con 2018, cuando fue del 63%. Heidi Osuna, directora de la empresa de sondeos Enkoll, espera que disminuya ligeramente.
Cita una caída del 4% en los votantes que saben cuándo se celebrarán las elecciones, que este año son en junio frente a los anteriores comicios presidenciales celebrados en julio, lo que, según ella y Abundis, probablemente deprimirá la participación.
Otra incógnita que, según Osuna, influirá en la participación de los votantes es la relativa fuerza de las maquinarias de los partidos, que movilizan a los votantes con transporte a los centros de votación y les dan regalos.
Según muchos analistas, Morena emplea ahora estas tácticas con más éxito que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en su día fue el rey indiscutible de esas prácticas.
La violencia de los cárteles de la droga en México plantea otro problema, ya que, según los encuestadores, algunas zonas están prohibidas para levantar encuestas en persona. Además, a veces tienen dificultades para acceder a los votantes con mayores ingresos en sus casas seguras.
Cuatro de los encuestadores afirmaron que ningún otro país de América Latina presenta tales dificultades. "Está más grave en México", dijo Abundis.
Con información de Reuters
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