Durante una conferencia de prensa en el Instituto de Planificación Control y Servicios Ambientales, especialistas revelaron hoy los resultados de la investigación sobre la pérdida de flamencos en la reserva natural Laguna Brava. En este marco, se descartó que la gripe aviar haya sido la causa del fallecimiento de las aves, sino que la verdadera razón fue el cambio climático en el espejo de agua que evitó la proliferación de alimentos.
Bajo la misma línea, los expertos adelantaron la apertura de la reserva a la actividad turística con protocolos establecidos para evitar el estrés de los flamencos. También destacaron la importancia de un control periódico de las características del agua y el suelo, así como un monitoreo completo para comprender la dinámica de la Laguna.
Por último, los expertos afirmaron que les llevaron comida a los flamencos, los cuales se encontraban con un bajo nivel muscular y sin alimentos en sus estómagos. También se mostraron optimistas de cara al futuro de la reserva y su fauna, ya que las condiciones climatológicas están mejorando y, de un total de 1028 flamencos, 778 permanecen vivos. Aún así, se continuará con el protocolo de vigilancia para la gripe aviar.
Qué es la gripe aviar
La influenza aviar (IA) tipo A es una enfermedad contagiosa de declaración obligatoria, causada por un virus que afecta a muchas especies aviares y nunca estuvo presente en Argentina, por lo que se la considera exótica. Las aves acuáticas, en particular, se consideran un reservorio importante de este virus.
Las personas pueden adquirir la gripe aviar principalmente a través del contacto directo con animales infectados (vivos o muertos) o con sus entornos contaminados. La transmisión del virus a las personas ocurre cuando las secreciones o excretas de aves infectadas son inhaladas o el virus entra en boca, nariz u ojos. A su vez, las aves acuáticas silvestres son un reservorio importante de los virus influenza A y las poblaciones de aves de corral pueden infectarse por contacto con aves silvestres.
La detección y notificación temprana, la atención inmediata, así como las medidas de bioseguridad, son pilares fundamentales de la estrategia de prevención y contención que lleva adelante el SENASA con la colaboración permanente del sector productivo y toda la comunidad.