Ante la inminente llegada de las vacaciones, y teniendo en cuenta que gran cantidad de argentinos han elegido las playas de Brasil como destino, el Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia de Formosa habilitó cinco centros de salud que estarán vacunando contra la fiebre amarilla, exclusivos para viajeros. A pesar de que la vacuna no es un requisito de entrada al país vecino, es importante resaltar que el 80% del territorio brasileño se encuentra con “recomendación de vacunación de la fiebre amarilla”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El jefe del Departamento de Inmunizaciones del Ministerio de Desarrollo Humano, el licenciado Julio Arroyo, recordó que la vacuna debe aplicarse al menos entre 10 a 15 días antes de la fecha de viaje. "No dejemos para el último día antes de viajar la aplicación de la vacuna, porque se necesitan 15 días para poder tener anticuerpos circulando y, de esa manera, protegernos", recalcó el funcionario. En los últimos años, las zonas consideradas de riesgo en Brasil se han ampliado, y actualmente incluyen destinos turísticos como Río de Janeiro, Florianópolis, Buzios y Sao Paulo. Los únicos lugares del país vecino en donde no se recomienda la vacunación contra fiebre amarilla son los estados del noreste como Alagoas, Ceará, Paraíba, Pernambuco, Piauí (Este y Norte), Rio Grande Do Norte y Sergipe, siempre y cuando se llegue a estos destinos a través de un vuelo directo.
Por otro lado, Arroyo explicó que si un viajero cuenta con el carnet de vacunación donde consta que fue vacunado contra fiebre amarilla hace ocho años, no debe volver a vacunarse. "Con ese carnet, que indica cuándo fue la fecha de vacunación, cuál fue la vacuna, quién se la aplicó y dónde la aplicaron, se dirige a nuestro vacunatorio. Con esa constancia, nosotros emitimos y le entregamos en mano el Certificado Internacional de Vacunación contra la fiebre amarilla", indicó el funcionario.
Los nuevos centros de vacunación que dispuso el Gobierno provincial están ubicados en la capital formoseña, y atienden tanto por la mañana como por la tarde. Los viajeros interesados pueden acercarse los lunes, miércoles y viernes, de 8 a 18 horas, al centro de salud del barrio Liborsi y al de El Pucú; mientras que los martes, jueves y sábados pueden asistir, de 8 a 18 horas, al Vacunatorio de la Familia del Hospital Central), al Hospital de Día del barrio 2 de Abril o al Hospital Distrital 8 en la Jurisdicción Cinco.
La vacuna está recomendada para personas de 2 a 59 años y tiene un esquema de una única dosis. En el caso de los menores de 2 años, se recomienda un esquema de dos dosis: la primera entre los 12 y 18 meses, y una dosis de refuerzo a los 11 años. Por otra parte, la vacuna está contraindicada para personas que cuenten con compromiso del sistema inmunológico, embarazadas, mayores de 60 años, trasplantados, alérgicos al huevo y derivados, etc. En Argentina, el Calendario Nacional contempla la vacunación gratuita de quienes residen en zonas con riesgo de circulación viral de fiebre amarilla, como es el caso de Formosa, Misiones, Corrientes, y ciertas áreas de Chaco, Jujuy y Salta.
Más detalles sobre la fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti, luego de que este haya picado a una persona infectada con la enfermedad. Sus síntomas comienzan de forma brusca, con mucha fiebre, escalofríos y dolor de cabeza. Además, pueden aparecer dolores musculares, náuseas y vómitos. Hay formas que cursan con síntomas leves e inespecíficos; pero, muchas veces, las formas graves causan hemorragias, insuficiencia hepática y falla orgánica múltiple.
Es fundamental que, ante la aparición de síntomas compatibles con la fiebre amarilla, se consulte rápidamente al equipo de salud y no automedicarse, ya que los antifebriles de uso habitual pueden ser extremadamente perjudiciales. Además, es importante adoptar ciertas medidas preventivas: la principal es la vacuna, ya que a partir de los 10 días de aplicada brinda protección de por vida; pero también es clave usar repelente, vestir ropa clara de mangas largas y pantalones largos al ingresar en áreas silvestres, usar telas mosquiteras en puertas y ventanas, y eliminar recipientes que acumulen agua para evitar criaderos de mosquitos.
Un dato curioso es que, en ambientes selváticos, observar el estado de salud de los monos ayuda a las autoridades sanitarias a prevenir la fiebre amarilla. Esto se debe a que los monos también pueden adquirir la enfermedad a través de los mosquitos y son muy sensibles a ella, sufriendo un alto grado de mortandad una vez que están infectados. Conocer el estado de salud de los monos permite saber si en la zona hay circulación del virus de la fiebre amarilla. Si los monos tienen buen estado de salud, significa que no hay circulación del virus de la fiebre amarilla. En cambio, si se encuentra un mono muerto, enfermo, lesionado o en estado de desnutrición, puede ser señal de que hay circulación del virus de la fiebre amarilla.