El jefe de Base Esperanza, Gustavo Cordero Scandolo, remarcó que "la diferencia entre invernar en la Antártida con o sin familia es grande", refiriéndose a la particularidad que ofrece la única base antártica argentina donde el personal militar puede ir con familiares, cuando faltan pocos días para finalizar la Campaña Antártica Invernal 2023 e iniciar la Campaña Antártica de Verano que cambiará el personal de las bases y las abastecerá de víveres y materiales.
El teniente coronel Cordero Scandolo trabajó todo el año en la Antártida, donde se encuentra con tres de sus cuatro hijos y su esposa.
"Es difícil ser escogido para venir a la Antártida. Además de todas las pruebas psicológicas y físicas que hay que superar, la psicología juega un papel preponderante aquí, tanto como la parte física. Ser seleccionado para venir con familia es como sacarse la lotería. Estuvimos buscando venir con familia hace 17 años. Mi solicitud para hacer el curso antártico la hice seis veces en 13 años y me seleccionaron en la sexta vez", dijo a Télam el jefe de la base.
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Y agregó: "La diferencia entre invernar con la familia o sin la familia es grande, porque en un año pueden suceder muchas cosas tanto en el continente antártico como en el americano, inclusive hay familias que se disuelven", explicó el antártico que pertenece al Ejército Argentino.
La primera campaña anual que realizó Cordero Scandolo fue sin su familia, en Base Belgrano 2, la base antártica argentina más austral ubicada cerca del Polo Sur.
"Hay niños que, por ausencia de sus padres, por ejemplo, comienzan a tener ciertos inconvenientes que después lleva tiempo resolver", detalló.
El trabajo en el continente antártico presenta un "alto riesgo", añadió también, por "la peligrosidad del ambiente geográfico y todo lo que es el movimiento de cargas, patrullas, desplazamientos y trabajos físicos que incluyen mantenimiento de estructuras y construcciones".
Ser jefe de base implica "ser el responsable de todas las vidas e integridad física de quienes componen la dotación", definió.
"La Antártida es algo muy sublime. Estar acá es como estar en otro planeta. Es un lugar en donde todo es hostil y donde es muy difícil sobrevivir para el ser humano. Lo hacemos, pero con una previsión de dos años de planificación previa. Todas las bases tenemos víveres para prácticamente un año más aquí y algo más de combustible por cualquier eventualidad", concluyó.
Base Esperanza es una de las siete bases permanentes argentinas.
Ubicada en el extremo norte de la Península Antártica, la Base Esperanza, fue fundada el 17 de diciembre de 1952 por el entonces Capitán Edgar Leal.
La temperatura mínima histórica registrada en esta base fue de -38,3°C en el año 1975. Su temperatura máxima registrada fue de 18,3°C en 2020.
En tanto, la ráfaga de viento máxima fue de 342 km/h en 2018, un récord histórico de velocidad del viento en el continente.
Con información de Télam