El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, afirmó que el banco central podría subir los tipos de interés el mes que viene en función de los datos económicos disponibles en ese momento, subrayando su determinación de elevar progresivamente los costes de los préstamos desde los actuales niveles cercanos a cero.
Aunque el aumento de los costes de importación debido a la debilidad del yen puede lastrar el gasto de los hogares, el aumento de los salarios apuntalará el consumo y mantendrá la economía en la senda de una recuperación moderada, dijo Ueda al Parlamento el martes.
"Nuestra decisión sobre la reducción de la compra de bonos y la subida de los tipos de interés son dos cosas distintas", dijo Ueda. "Existe la posibilidad de que subamos los tipos de interés en nuestra próxima reunión de política monetaria, dependiendo de los datos económicos, de precios y financieros y de la información disponible en ese momento".
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En su reunión de política monetaria del viernes, el Banco de Japón decidió empezar a recortar sus enormes compras de bonos y anunciar un plan detallado en julio sobre la reducción de su balance de casi 5 billones de dólares, dando un paso más hacia la retirada de su enorme estímulo monetario.
La decisión ha aumentado la incertidumbre sobre si el Banco de Japón también podría subir los tipos a corto plazo en su reunión del 30-31 de julio o si lo dejaría para más adelante en el año para evitar agitar los mercados.
Ueda afirmó que el Banco de Japón aún no está plenamente convencido de que la inflación vaya a alcanzar de forma sostenible su objetivo del 2% y subrayó la necesidad de dedicar "un poco más de tiempo" a analizar los datos antes de volver a subir los tipos.
No obstante, afirmó que el comportamiento de las empresas a la hora de fijar precios y salarios ha cambiado claramente, en un contexto de beneficios récord y de endurecimiento del mercado laboral.
En su opinión, "es probable que la economía vea signos más claros de un ciclo positivo de inflación salarial" a medida que aumenten los salarios nominales.
Ueda no ofreció pistas sobre el ritmo y la magnitud del plan de reducción de bonos del Banco de Japón que se anunciará el mes que viene. Dijo que el banco central evitará utilizar su operación de compra de bonos como una herramienta de política monetaria, o un medio para comunicar su intención política.
El Banco de Japón abandonó los tipos negativos y el control del rendimiento de los bonos en marzo, en un cambio histórico de su programa de estímulo radical de una década de duración.
Con una inflación que supera su objetivo del 2% desde hace dos años, también ha dejado caer indicios de que subirá los tipos a corto plazo a niveles que ni enfríen ni sobrecalienten la economía, lo que los analistas consideran entre el 1% y el 2%.
La debilidad del yen complica la política monetaria del Banco de Japón. Si bien acelera la inflación al hacer subir los precios de los bienes importados, el consiguiente aumento del coste de la vida ha lastrado el consumo y arrojado dudas sobre la fortaleza de la economía japonesa.
Muchos economistas esperan que el BoJ suba los tipos de interés al 0,25% este año, aunque están divididos sobre si lo hará en julio o más adelante.
Con información de Reuters