Guadalupe Rebollo, que acaba de visitar el flamante estadio Santiago Bernabéu del Real Madrid, afirma que unas vacaciones en España con su hija de 15 años son mejor negocio que unas en las playas de su México natal.
Los Rebollo forman parte de una oleada récord de visitantes extranjeros a España que está contribuyendo a que la economía del país supere a la de sus homólogas europeas y cree empleo a un ritmo vertiginoso. Sin embargo, también está poniendo a prueba servicios como la vivienda y el transporte y despertando el resentimiento de la población residente.
Cómo hacer sostenible el auge y compartir más ampliamente sus beneficios son las tareas a las que se enfrentan las autoridades españolas, y algunas voces apuestan por impulsar el turismo de lujo.
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Pero para la familia mexicana Rebollo, la asequibilidad es uno de los factores que hacen a España interesante, junto con sus atractivos culturales.
Rebollo, de 45 años, explica que las últimas vacaciones en su país les costaron el equivalente a 2.500 euros (2.700 dólares).
"Aquí vamos a gastar un poco mas de eso, pero conociendo otros países, pagando boletos de avión y los tours", dijo. "La verdad que esta muy bien de precio".
Millones de visitantes coinciden con esta opinión y el auge del turismo ha contribuido a situar a España, durante mucho tiempo rezagada entre las grandes economías europeas, a la cabeza, superando ahora al conjunto de los 20 países de la zona euro, que creció un escaso 0,3% en el primer trimestre de 2024, frente al 0,7% de España.
Mientras Francia recorta su previsión de crecimiento para 2024 y Alemania apenas roza la recesión, lastrada por su dependencia de la industria y su vulnerabilidad a las fluctuaciones de los precios de las materias primas y las tensiones geopolíticas, España prevé que su economía crezca un 2% este año.
La expansión está siendo impulsada por el crecimiento de los servicios, así como por el consumo público y privado impulsado por el crecimiento del empleo, dijo Ángel Talavera, jefe de economía europea de Oxford Economics.
El turismo representó el 71% del crecimiento real de la economía española el año pasado, según la asociación de empresas turísticas Exceltur. El consumo de los no residentes representó casi un tercio del crecimiento del 2,5% de España en 2023, según BBVA.
Sin embargo, muchos españoles sienten que no son partícipes de estos beneficios y el motor del éxito de España se enfrenta cada vez más a protestas.
"Es verdad que vamos como un tiro, pero este fenómeno hay que gobernarlo", dijo el 8 de mayo el ministro de Turismo, Jordi Hereu. "No vamos a prohibir que la gente venga a España, pero sí podemos poner límites a la oferta turística".
Ya se están tomando medidas, entre ellas los límites de los nuevos gobiernos a los nuevos permisos de viviendas vacacionales.
En Barcelona, las autoridades municipales pidieron que se eliminara de las aplicaciones para teléfonos inteligentes una ruta de autobús al popular destino turístico Park Güell porque el servicio estaba saturado.
Asimismo, muchos españoles no perciben que esta bonanza esté contribuyendo a su bienestar. Una encuesta realizada en abril por el Centro de Investigaciones Sociológicas de España reveló que, aunque el 60% de los españoles reconocía que su situación económica personal era "buena", el 59% también afirmaba que la situación del país era "mala" o "muy mala".
El abaratamiento de los salarios está atrayendo inversiones en nuevos hoteles, con la apertura de uno cada cuatro días, lo que ha permitido a España superar este año a Reino Unido como país más atractivo de Europa para los inversores en hostelería, según CBRE.
'LE FALTA PRECIO'
Antonio Catalán, presidente de AC Hotels, socio de Marriott en España, afirmó que sus hoteles habían registrado un aumento del 17% de visitantes extranjeros en el primer trimestre, que gastaban un 27% más, debido sobre todo a la subida de las tarifas de las habitaciones.
"A España le falta precio y le sobran clientes", afirmó.
En 2023 se alcanzó la cifra récord de 85 millones de visitantes y esa tendencia al alza continuó en el primer trimestre de este año, con un aumento del número de visitantes de casi el 18%, hasta los 16,1 millones, aunque puede que a este incremento haya contribuido el "factor Semana Santa", que este año se celebró en marzo.
Los que vienen gastan más, gracias en parte a los esfuerzos por desarrollar el mercado del lujo, que algunas regiones ven como una solución al turismo excesivo.
El año pasado, los turistas gastaron 109.000 millones de euros en España, frente a los 63.500 millones de Francia.
El gasto de los turistas extranjeros creció un 27% en el primer trimestre con respecto al año anterior.
El turismo también ha contribuido a impulsar el crecimiento del empleo, con una caída del paro a su nivel más bajo en 16 años, a pesar de que la inmigración ayuda a cubrir vacantes en el sector servicios.
El sector creó 197.630 puestos de trabajo más en el primer trimestre en comparación con el año pasado, lo que representa uno de cada cuatro empleos creados durante el periodo, según Turespaña, la agencia estatal que promueve el turismo español.
Estos nuevos puestos de trabajo están ayudando a impulsar el consumo privado para complementar el gasto de los turistas.
Pero Talavera, el experto de Oxford Economics, advirtió de que el auge económico español no era sostenible.
"Difícilmente podemos esperar un turismo creciendo a este ritmo permanentemente o un gasto público permanentemente más alto", afirmó.
Rebollo y su hija, por su parte, planeaban pasar dos semanas en Europa, incluidos unos días en Francia, "pero estaremos más tiempo en España porque hemos notado que no es muy caro y París sí lo es", dijo.
(1 dólar estadounidense = 0,9245 euros)
Con información de Reuters