Todos los 18 de septiembre se celebra el Día del Arqueólogo Nacional, en recuerdo del nacimiento de Florentino Ameghino, el naturalista, paleontólogo, geólogo y antropólogo argentino que fue impulsor de la paleontología y arqueología en nuestro país. En La Rioja, el trabajo de los arqueólogos es lo que permitió determinar que la ocupación y presencia del Imperio incaico en los actuales territorios de la provincia fueron muy significativos, ya que un importante número de sitios y restos arqueológicos dan testimonio de ello.
La expansión y conquista del período Inca en el Noroeste argentino (NOA) se produjo hacia el año 1450, conformándose este territorio como parte integrante del Kollasuyu, es decir, de la región sur del Tawantinsuyu. A mediados del siglo XV, parte de la actual ciudad de Chilecito fue elegida para establecer un centro estratégico, logístico, administrativo y militar destinado a posibilitar el avance hacia el suroeste del gran imperio del Cuzco. En la actualidad, a este centro se lo conoce como Tambería del Inca, y es el sitio arqueológico más importante de La Rioja.
El sitio fue visitado por numerosos investigadores a lo largo de la historia de la región, pero fueron el arquitecto y arqueólogo "de oficio" Héctor Greslebin, junto al reconocido reconocido etnógrafo, arqueólogo y naturalista Enrique Palavecino, quienes realizaron extensas excavaciones de las estructuras de la Tambería del Inca en 1928 y 1938, produciendo un primer relevamiento planimétrico.
Gran parte de los arqueólogos que han investigado este sitio arqueológico no dudaron en asegurar que se trata de un ushnu, una especie de construcción generalmente cuadrada, con cierta elevación, desde donde el jefe o curaca impartía las directivas tendientes a la actividad cívico-religiosa. Las instalaciones con ushnu más próximas a la Tambería del Inca de Chilecito se encuentran al noroeste, a unos 200 km, en los sitios El Shincal y Watungasta de la provincia de Catamarca, por lo tanto, el ushnu de Chilecito es el más austral del Imperio incaico.
Camino al imperio
Las últimas investigaciones convalidaron el importante rol que la dominación imperial alcanzó en el actual territorio riojano, al identificar un nuevo subtramo del Qhapaq Ñan o Camino del Inca, que conectó a la Tambería del Inca con la actual ciudad de Famatina. Este hallazgo se realizó en abril del año pasado y sorprendió a los investigadores por las dimensiones del camino, de 12 metros de ancho, que exceden las medidas esperadas de las redes viales incaicas, convirtiéndose en el más camino inca más ancho de la Argentina, Bolivia y Chile.
"Estamos trabajando para explicar por qué en este sector el Qhapaq Ñan, o camino principal andino, tiene estas dimensiones tan importantes", indicó el arqueólogo Sergio Martin, investigador del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). Además, el especialista informó que, sobre el área de tránsito de esta especie de “avenida”, delimitada por grandes rocas apiladas, se detectaron restos de artefactos cerámicos incas, que se rompieron o extraviaron al utilizar esta red vial.
Es importante destacar que el trabajo sobre la presencia inca en el área de Chilecito se viene realizando con el apoyo de todos los actores e instituciones patrimoniales, y cuenta con el permiso oficial del Gobierno de La Rioja. La investigación, limpieza y excavación del nuevo tramo del Camino del Inca fue realizado por profesionales del INAPL, la Subsecretaría de Patrimonio de La Rioja y la Subsecretaría de Turismo de Chilecito.
La Tambería del Inca en la actualidad
En febrero de este año, el Gobierno de La Rioja inauguró el Centro de Interpretación “Tamberías del Inca”, un edificio que pone en valor este importante sitio arqueológico y que recibirá a turistas, estudiantes e investigadores con una propuesta museológica de avanzada.
El sitio arqueológico incaico estuvo abandonado por muchos años, pero en el marco del Plan Federal de Turismo y Culturas, y con el financiamiento del programa nacional 50 Destinos y aportes del Gobierno de La Rioja, se pudo avanzar en su rescate y puesta en valor.
El Centro de Interpretación “Tamberías del Inca” inaugurado, se organiza en un edificio compuesto por un núcleo sanitario, que a su vez oficia de hito; y un espacio intermedio semicubierto, que resulta en el espacio de ingreso a las salas, en donde se llevarán a cabo tanto muestras permanentes como temporales; y también se encuentra una sala que, eventualmente, funcionará como auditorio. Además, el edificio está atravesado por tres terrazas que permiten, de forma secuencial, definir una experiencia de interpretación del sitio, y la explanada de acceso permite incorporar el edificio al paisaje.
Cabe destacar que las salas conforman una gran nave de uso flexible, dividida por tabiques que son, en sí mismos, espacios expositivos. Sus muros envolventes se han conformado como nichos, en los que se acomoda la mayoría de la exposición, liberando espacio en los centros de las salas y definiendo, así, un recorrido periférico y secuencial.
Para llevar a cabo este rescate y puesta en valor de las “Tamberías del Inca”, se trabajó con la colaboración de investigadores australianos y, gracias a las excavaciones que se realizaron, se detectaron algunas mesas ceremoniales donde los incas realizaban ceremonias en diferentes épocas del año.