Dado que Israel bloquea la entrada de casi todo el combustible en Gaza para impedir que lo utilicen los milicianos de Hamás, algunos palestinos del norte del destrozado territorio han recurrido al uso de residuos plásticos para fabricar el suyo propio.
"Caminamos largas distancias para recoger plástico y lo traemos de edificios y torres derrumbados. A veces tengo miedo de que me reconozcan (los militares israelíes) y de que me caigan escombros encima mientras camino", dijo Mostafa Mosleh, de 16 años, sosteniendo objetos que había recogido durante sus rondas diarias de 13 horas.
Su pariente, Mahmoud Mosleh, clasifica los objetos con otros trabajadores, los corta en partes más pequeñas y luego los quema en un horno improvisado instalado entre los restos de los edificios.
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"Tuve la idea y, gracias a Dios, conseguimos con la ayuda de Dios convertir el plástico en gasolina y combustible", dijo este gazatí desplazado de 35 años. "Recurrimos a este trabajo debido a la aguda escasez de productos petrolíferos".
Otros palestinos, como el conductor Farid Gomaa, de 53 años, se dirigen a Beit Lahia, en el norte de la franja, para obtener parte del combustible producido quemando plástico, desafiando los enfrentamientos entre milicianos de Hamás y las fuerzas israelíes y los ataques aéreos israelíes generalizados.
"Venimos aquí en un contexto de peligro y hacemos un largo viaje para conseguir un litro de combustible, que es más barato que en otros lugares", dijo.
El proceso de quemar plástico está plagado de dificultades y las quemaduras son un riesgo al igual que los bombardeos, pero tras 11 meses de guerra los gazatíes que lo llevan a cabo son estoicos.
"Caminamos con la protección de Dios", dijo Mahmoud.
(Escrito por Clauda Tanios; edición de Michael Georgy y Philippa Fletcher; editado en español por Mireia Merino)