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Médicos y psicólogos acompañaron hoy a los familiares que llegaron a Venecia para identificar a sus allegados fallecidos, o estar junto a los heridos del accidente del colectivo con turistas que cayó ayer desde un puente a más de 10 metros de altura y dejó 21 muertos.
Venecia, en el noreste de Italia, decretó tres días de luto por la tragedia, que se produjo cuando el vehículo se precipitó desde un paso elevado a una altura de más de diez metros.
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A bordo había 40 turistas italianos y extranjeros, que regresaban de una visita del centro histórico hacia el camping donde se alojaban en Mestre, a las afueras de la ciudad, consignó la agencia de noticias AFP.
Seis sobrevivientes del siniestro fueron admitidos en el hospital Dell'Angelo de esta localidad y algunos de sus familiares los visitaron durante el día.
Otros heridos fueron trasladados a hospitales cercanos en las ciudades de Padua y Treviso.
Todavía se desconocen las circunstancias precisas del accidente, aunque de momento se privilegia la hipótesis de que el conductor se desvaneció.
La tragedia reavivó el debate sobre el mal estado de las infraestructuras del país, aún traumatizado por el hundimiento del puente de Génova en 2018, que causó 43 muertos.
El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, describió una "escena apocalíptica", las banderas de la ciudad fueron izadas a media asta en conmemoración de las víctimas, y también se abrieron libros de condolencias.
Boubacar Touré, un obrero de 27 años originario de Gambia, trabajaba en una obra cercana al lugar donde ocurrió el accidente.
"Extraje a tres o cuatro personas, entre ellas una niña. El conductor ya estaba muerto", declaró a la prensa, tras ayudar a los bomberos en sus labores de rescate.
Otro trabajador, el nigeriano Godstime Erheneden, de 30 años, contó que una mujer gritó desesperadamente en inglés "¡mi hija, mi hija!" y le imploró rescatarla.
"Entonces vi a una pequeña que debía tener dos años. Tengo un hijo de un año y diez meses, me dije que habría podido ser él", dijo.
Los restos del vehículo, un bus eléctrico de la marca china Yutong, pudieron ser retirados en la madrugada.
Sus baterías se incendiaron con el impacto, pero según un responsable de los bomberos locales, nada permite afirmar que este factor dificultó la labores de rescate.
Las autoridades intentan identificar a las víctimas que no llevaban consigo sus papeles, cruzando los datos con el registro del camping donde estaban alojadas y realizando pruebas de ADN.
El balance, aún provisional, es de 21 muertos y 15 heridos, cinco de ellos graves, confirmó el prefecto de Venecia, Michele di Bari, en rueda de prensa.
Entre los muertos figuran cinco ucranianos, un italiano (el conductor) y un alemán, precisó.
"Entre los heridos, que son 15, hay cuatro ucranianos, un alemán, un francés, un croata, dos españoles", prosiguió y precisó que "todavía se tienen que identificar a cuatro" heridos más.
Las autoridades ucranianas informaron de cuatro muertos y de cuatro heridos de ese país.
La principal hipótesis que se maneja de momento es que el conductor, de 40 años, se desvaneció, según las autoridades.
Según imágenes captadas por una cámara de seguridad, el exceso de velocidad parece descartado, pues el autobús circulaba con normalidad antes de caer.
Para Domenico Musicco, presidente de la Asociación de Víctimas de Accidentes de Carretera en el Trabajo, el estado de la calzada se debería cuestionar: "Es una tragedia anunciada", declaró .
"Este carril está hecho para una carretera rural, mientras que aquí necesitamos equipos de nueva generación que hubieran podido impedir que el autobús cayera", subrayó.
Recordó que "el mantenimiento de las carreteras italianas es mediocre. Se invierte demasiado poco en seguridad vial. Se calcula que el 30% de los accidentes se debe a eso".
El accidente de este tipo más grave ocurrido en Italia se produjo el 28 de julio de 2013, cuando un bus con unas 50 personas a bordo cayó desde un viaducto en la zona de Nápoles y murieron 40 personas.
Con información de Télam
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