El plan europeo sobre el clima, cuesta arriba tras las elecciones europeas

10 de junio, 2024 | 16.11

Un Parlamento Europeo más inclinado hacia la derecha dificultará la aprobación de las ambiciosas políticas climáticas de la UE, pero es probable que la mayoría de las actuales políticas ecológicas europeas se mantengan, según parlamentarios, altos cargos y analistas.

Los resultados provisionales de las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el domingo por la noche muestran que los partidos centristas mantienen la mayoría, pero los partidos de derecha y extrema derecha, escépticos con el paquete de políticas medioambientales de la UE, ganan peso, y los partidos verdes sufren importantes pérdidas.

"No creo que vayamos a retroceder en las políticas (climáticas). Pero sí creo que será más complicado poner en marcha nuevas políticas", dijo a Reuters Bas Eickhout, jefe del grupo Verdes del Parlamento Europeo.

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Las medidas climáticas de la UE en los próximos cinco años dependerán de la Comisión Europea entrante, responsable de proponer las leyes de la UE. Pero el recién elegido Parlamento Europeo tendrá voz y voto en todas las nuevas políticas ecológicas.

El resultado electoral del domingo indica que será más difícil aprobar nuevas medidas climáticas en la UE.

"Todas las nuevas políticas serán más difíciles de aprobar. Pero es muy poco probable que haya retrocesos", dijo a Reuters Krzysztof Bolesta, secretario de Estado polaco para el Clima.

"Es posible que las nuevas ambiciones se retrasen, sobre todo por razones populistas", coincidió Julian Popov, que hasta abril fue ministro de Medio Ambiente de Bulgaria, país miembro de la UE.

Esto podría tener consecuencias para el próximo objetivo climático de la UE para 2040, necesario para conducir a la UE hacia su objetivo de cero emisiones netas para 2050. La Comisión Europea ha sugerido que el objetivo para 2040 sea una ambiciosa reducción del 90% de las emisiones, pero necesita la aprobación tanto de los países de la UE como del Parlamento.

La próxima Comisión Europea y el Parlamento también tendrán que tomar decisiones difíciles sobre la introducción de nuevas políticas para impulsar a las industrias hacia el objetivo de 2040.

Esto incluye la agricultura, un sector cuyas emisiones apenas han disminuido desde 2005. Pero tras meses de protestas en toda Europa por parte de agricultores indignados, hay pocas ganas políticas de imponer nuevas normas a este sector, sobre todo si el coste de cumplirlas puede hacer subir los precios de los alimentos a los ciudadanos, que ya tienen que hacer frente al mayor aumento del coste de la vida en una generación.

SIN GRANDES CAMBIOS

Aunque las nuevas medidas sobre el clima podrían ser más difíciles de aplicar, sería jurídicamente difícil dar marcha atrás en las docenas de políticas climáticas de la UE aprobadas en los últimos cinco años.

Estas políticas, que incluyen objetivos de energías renovables y un régimen reforzado de fijación de precios del carbono para la energía y la industria, están incorporadas a la legislación de la UE y ya se están aplicando en los 27 Estados miembros del bloque.

Muchas ya están funcionando. Las emisiones de la UE se han reducido casi un tercio respecto a los niveles de 1990, y Europa está instalando energía eólica y solar a un ritmo récord.

Sin embargo, durante la campaña electoral la derecha ha hecho cada vez más llamamientos para que se supriman algunas de las políticas del "Pacto Verde", entre ellas la prohibición de fabricar nuevos vehículos de gasolina y gasóleo en 2035. Esta política tiene una cláusula de revisión para 2026, sobre la que el Parlamento tendrá voz y voto.

"Fue una locura ideológica que debe corregirse", declaró la semana pasada la primera ministra italiana, Georgia Meloni, a la revista digital Open.

Tres diplomáticos de la UE señalaron que la política automovilística de 2035 es una de las que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se enfrentará a importantes presiones para debilitarla, incluso por parte de algunos parlamentarios de su Partido Popular Europeo, de centro-derecha, que quieren suprimirla. Von der Leyen necesita el apoyo de la mayoría de los diputados del nuevo Parlamento Europeo para obtener un segundo mandato.

Pero es poco probable que se produzcan grandes retrocesos en la política climática, según fuentes europeas y analistas. Ello se debe, en parte, a que las actuales medidas climáticas de la UE se suman para cumplir su objetivo climático para 2030 -reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero un 55% con respecto a los niveles de 1990-, que tanto los Gobiernos nacionales como los eurodiputados aprobaron como legislación de la UE.

"Es posible que se produzcan cambios en algunos actos legislativos, pero habrá que ver cómo se suman", dijo Mats Engström, miembro del grupo de reflexión del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

NO LO LLAME ACUERDO "VERDE"

A diferencia de las últimas elecciones europeas de 2019, en las que millones de jóvenes manifestantes salieron a las calles, en la campaña de este año el cambio climático se ha visto desplazado por cuestiones como la inmigración, los problemas económicos y las industrias europeas en dificultades.

Cumplir el objetivo climático de la UE para 2030 requerirá inversiones de 1 billón de euros al año, un aumento de alrededor de 356.000 millones al año en comparación con 2010-2020, según el Banco Europeo de Inversiones.

Invertir en las industrias locales fue una promesa electoral de todo el espectro político, a medida que se agudiza la competencia con Estados Unidos y China en la producción de tecnologías verdes como el acero bajo en carbono y los coches eléctricos.

Según algunos analistas, la UE aprobará más fondos y políticas de apoyo a proyectos respetuosos con el clima, pero centrándose más en ayudar a la industria que en ser "verde" y "limpia".

"Si se trata de aumentar la fabricación de tecnologías ecológicas en Europa, puede que se haga en nombre de la 'competitividad industrial' y no del clima", dijo Linda Kalcher, directora ejecutiva del grupo de reflexión Strategic Perspectives.

"Puede que la retórica cambie, pero la acción sobre el terreno sea la misma", dijo Kalcher.

Con información de Reuters