A pesar de las continuas advertencias lanzadas por empresas de ciberseguridad e incluso desde el Ministerio de Seguridad, siguen siendo muchos los argentinos y argentinas que se despreocupan de su seguridad digital. Tendemos a pensar que los hackeos son ataques puntuales que difícilmente nos tendrán como objetivo, pero lo cierto es que el pasado año se registraron más de 2000 millones de intentos de ciberataque en el país.
Considerando que los pagos online son cada vez más frecuentes y que almacenamos una enorme cantidad de información crítica en nuestros dispositivos, definitivamente nos conviene prestar atención a nuestra ciberseguridad. Hay toda una serie de imprudencias y errores habituales que debemos evitar a la hora de gestionar nuestros dispositivos o nuestras cuentas online si no queremos ser víctimas de un ciberataque.
Una mala gestión de las contraseñas
El principal error que muchos solemos cometer es gestionar de forma pobre nuestras contraseñas online. Tenemos demasiadas cuentas digitales, y cada vez que accedemos a una plataforma nueva nos piden que nos registremos de forma casi inmediata. Por comodidad o por pereza, tendemos a emplear contraseñas muy simples o, peor aún, repetimos la misma clave en un sinfín de plataformas.
Del mismo modo que empleamos un antivirus para protegernos frente al malware, debemos hacer uso de un gestor de contraseñas para gestionar nuestras claves. Una aplicación de este tipo guarda de forma segura todas las contraseñas en el dispositivo y rellena los formularios de acceso de forma automática para evitar su robo mediante keyloggers. Además, también nos puede alertar en caso de que nuestras claves queden expuestas por una filtración.
El uso de aplicaciones piratas
Debido a la continua devaluación del peso, en Argentina nos resulta muy difícil hacer frente al pago de suscripciones digitales de software o plataformas de entretenimiento. Todo se encarece continuamente, lo que empuja a mucha gente hacia la descarga de aplicaciones piratas para hacer uso de herramientas de ofimática, plataformas de streaming o videojuegos populares sin necesidad de afrontar ningún pago.
El problema de este tipo de aplicaciones es que suelen financiarse con métodos turbios. Las plataformas piratas están lejos de ser altruistas. Son un negocio como cualquier otro, y con frecuencia consiguen dinero robando los datos de sus usuarios mediante infecciones de malware. Una aplicación infectada con un keylogger permite a los ciberatacantes registrar nuestras contraseñas o nuestra información bancaria en cuanto las escribimos en el teclado.
Las compras en redes Wi-Fi públicas
Ahorrar en el plan de datos del celular puede terminar siendo mucho más costoso si hacemos un uso pobre de las redes Wi-Fi públicas. Miles de usuarios tienen acceso a este tipo de redes –tan habituales en las cafeterías, los hoteles, las universidades o los aeropuertos–, así que la información que transmitimos a través de ellas puede verse vulnerada fácilmente. Basta con que uno solo de esos usuarios sea un hacker.
Peor aún, podemos cometer el error de conectarnos a un ‘hotspot’ malicioso configurado por el propio hacker. En cualquiera de estos casos, le estaríamos dando nuestra información crítica al ciberatacante si introducimos nuestra contraseña para identificarnos en una plataforma web o rellenamos un formulario de pago con nuestros datos bancarios. Por eso debemos evitar estas redes y usar el plan de datos del celular, o cifrar nuestra conexión con una VPN.
El acceso a las URLs acortadas
El problema del phishing está tan extendido que se podría escribir un libro con todas las estafas de este tipo que están en circulación. Los estafadores digitales pueden hacernos llegar mensajes fraudulentos de múltiples formas, por ejemplo a través del correo electrónico o mediante un chat de WhatsApp. En estos mensajes suelen hacerse pasar por empresas legítimas para intentar robarnos nuestras contraseñas o datos bancarios.
Para lograrlo, es habitual que adjunten en sus comunicaciones una URL acortada para redirigirnos a una página web falsa. Nunca debemos hacer clic en este tipo de enlace. Si tenemos dudas sobre el contenido del mensaje, podemos acudir a la plataforma que afirma ser el remitente para corroborar si es legítimo o no.
Si no adoptamos unas ciertas precauciones digitales y continuamos cometiendo estas imprudencias, sufrir un hackeo será una simple cuestión de tiempo. Los hackers dedican todos sus esfuerzos a tratar de robar nuestros datos privados, así que debemos ser conscientes de los riesgos y adoptar las medidas necesarias. En la mayoría de los casos, cuando el ciberataque ya se llevó a cabo, es casi imposible reparar sus daños.