El presidente de China, Xi Jinping, llegó a Serbia el martes por la noche escoltado por aviones MIG-29 en una visita con fuertes medidas de seguridad que coincide con el 25º aniversario del bombardeo de la OTAN contra la embajada de China en el que murieron tres periodistas chinos.
Belgrado, después de Francia, es la segunda parada de la primera visita de Xi a Europa en cinco años, que también incluye Hungría. En Serbia, considerada el socio más importante de China en los Balcanes, se espera que Xi hable de las multimillonarias inversiones chinas en el país y de posibles nuevos acuerdos.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y representantes del Gobierno dieron la bienvenida a Xi en el aeropuerto de Belgrado, donde fue recibido por una guardia de honor militar y bailarines folclóricos. Los dos mandatarios mantendrán una reunión el miércoles.
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El 7 de mayo de 1999, 20 ciudadanos chinos resultaron heridos en el ataque de la OTAN, que provocó indignación en China y una disculpa del entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
La embajada china fue atacada durante una campaña contra la entonces Yugoslavia para obligar al difunto hombre fuerte serbio Slobodan Milosevic a poner fin a la represión de la etnia albanesa en Kosovo.
"El pueblo chino aprecia la paz, pero nunca permitirá que se repita una tragedia histórica", dijo Xi en un artículo de opinión publicado el martes en el diario Politika.
"La amistad entre China y Serbia, que está empapada de la sangre que los dos pueblos derramaron juntos, se ha convertido en una memoria conjunta de los dos pueblos y animará a ambas partes a dar juntas enormes pasos adelante", dijo Xi.
Las calles de Belgrado se decoraron con banderas y pancartas chinas mientras miles de agentes de policía se desplegaban para proteger a Xi y a su séquito de 400 miembros, la visita de más alto nivel de un líder extranjero en años.
AMISTAD FÉRREA
Xi visita Serbia después de Francia, donde el presidente Emmanuel Macron y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, le presionaron para garantizar un comercio exterior más equilibrado con Europa y utilizar su influencia sobre Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania.
Durante su primera visita a Belgrado en 2016, ambos países firmaron una asociación estratégica. El año pasado, Vucic firmó 18 acuerdos con Xi en Pekín, incluido un tratado de libre comercio que debería entrar en funcionamiento en julio.
Ambos dirigentes insisten en una asociación férrea entre sus países. Junto con Hungría, próxima parada de Xi, Serbia es el país europeo que más apoya la iniciativa china de la Franja y la Ruta.
China explota minas y fábricas en toda Serbia y ha prestado miles de millones para carreteras, puentes y nuevas instalaciones, convirtiéndose en el socio clave de Serbia en el tan necesario desarrollo de infraestructuras.
Analistas internacionales afirman que la elección de Serbia y Hungría por parte de Xi está diseñada para acercar a dos países europeos que son prorrusos y grandes receptores de inversión china. Los socios occidentales de Serbia ven al país como un centro chino a las puertas de la UE.
En 2023, China era el segundo socio comercial de Serbia después de la UE, con un intercambio comercial total de 6.100 millones de dólares, y uno de sus cinco principales inversores, según la agencia nacional de inversiones.
(Escrito por Daria Sito-Sucic; edición de Daniel Wallis; editado en español por Tomás Cobos)