El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, realizará el viernes su primera visita desde que asumió el cargo en mayo a las islas de Kinmen, situadas junto a la costa china y escenario de un aumento de la tensión entre Taipéi y Pekín.
Taiwán controla Kinmen y las islas Matsu, situadas más arriba en la costa china, desde que el derrotado Gobierno de la República de China huyó a Taipéi en 1949 tras perder una guerra civil contra los comunistas de Mao Zedong. Nunca se ha firmado un tratado de paz ni un armisticio.
Lugar de enfrentamientos intermitentes durante el apogeo de la Guerra Fría, las islas Kinmen han vuelto a ser escenario, desde febrero, de patrullas periódicas en torno a ellas por parte de los guardacostas chinos tras la muerte de dos ciudadanos chinos en una lancha rápida, muertes que Pekín atribuye a Taipéi.
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La oficina de Lai informó el jueves de que viajaría a Kinmen el viernes para asistir a los actos conmemorativos del 66 aniversario de un enfrentamiento militar clave con las fuerzas chinas, reconocido internacionalmente como el inicio de la segunda crisis del estrecho de Taiwán.
"Situada en la primera cadena de islas, Taiwán se enfrenta a la amenaza inmediata de China. Pero Taiwán no se dejará intimidar", dijo Lai el miércoles en un foro de seguridad celebrado en Taipéi.
China considera Taiwán, gobernado democráticamente, como su propio territorio y ha acusado repetidamente a Lai de "separatista". Lai rechaza la soberanía de Pekín y afirma que sólo el pueblo de Taiwán puede decidir su futuro, pero también ha ofrecido mantener conversaciones con China.
Kinmen está frente a las ciudades chinas de Xiamen y Quanzhou y, en su punto más cercano, dista menos de dos kilómetros del territorio controlado por China.
La crisis de 1958 fue la última vez que las fuerzas taiwanesas se enfrentaron a China a gran escala.
En agosto de ese año, las fuerzas chinas iniciaron más de un mes de bombardeos sobre Kinmen, junto con Matsu, incluyendo batallas navales y aéreas, para forzarlas a la rendición.
Taiwán contraatacó entonces con el apoyo de Estados Unidos, que envió material militar como los avanzados misiles antiaéreos Sidewinder, que dieron a Taiwán una ventaja tecnológica.
La crisis terminó en tablas, y Taiwán celebra cada año el 23 de agosto como la fecha en que repelió el ataque chino.
A última hora del miércoles, el Ministerio de Defensa de Taiwán ofreció un concierto en Taipéi para celebrar el "glorioso" aniversario, con canciones sobre el derribo de cazas MiG chinos y lamentando la "catástrofe roja" del comunismo.
Antiguamente llamada Quemoy en inglés, Kinmen es hoy un popular destino turístico, aunque Taiwán mantiene una importante presencia militar.
Con información de Reuters