China está estudiando un plan para que los gobiernos locales de todo el país compren millones de viviendas sin vender, según informó Bloomberg News el miércoles, después de que una reunión de líderes del Partido Comunista en el poder pidiera esfuerzos para eliminar el creciente inventario de viviendas.
El Consejo de Estado está recopilando información sobre el plan preliminar de varias provincias y organismos gubernamentales, añadió la información, que basa su información en personas familiarizadas con el asunto.
El índice chino CSI 300 subía un 2% y el yuan se apreciaba tras conocerse la noticia.
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El sector inmobiliario lleva años en una profunda recesión, afectado por la crisis de deuda de las promotoras. Desde 2022, una serie de medidas políticas no han logrado dar un vuelco a este sector, que representa alrededor de una quinta parte de la economía china y sigue siendo un importante lastre para el gasto y la confianza de los consumidores.
El Politburó del Partido Comunista celebró una reunión el 30 de abril en la que afirmó que mejoraría las políticas para eliminar los crecientes inventarios de viviendas.
Docenas de ciudades han ofrecido subsidios para animar a los residentes a sustituir sus viejos apartamentos por otros nuevos, con el fin de vender su creciente stock de apartamentos nuevos y proporcionar un flujo de caja crucial a las promotoras en crisis.
Según el artículo, se pediría a las empresas estatales locales que ayudaran a comprar las viviendas no vendidas a promotores en apuros con grandes descuentos, utilizando préstamos proporcionados por bancos estatales, y se añadiría que muchas de estas viviendas se convertirían en viviendas asequibles.
Según la información, las autoridades chinas están debatiendo los detalles y la viabilidad del plan, y podrían pasar meses hasta que se finalice, si los líderes del país deciden seguir adelante.
El Ministerio de Vivienda chino no respondió a la petición de Reuters de hacer comentarios.
Uno de los mayores lastres para la demanda inmobiliaria es que las promotoras privadas, faltas de liquidez, han paralizado la construcción de un gran número de viviendas nuevas prevendidas que no pueden entregarse a tiempo. Los compradores de estas viviendas, mientras tanto, siguen pagando sus hipotecas.
Las estimaciones varían mucho, pero los analistas coinciden en que hay decenas de millones de apartamentos sin terminar en toda China tras un boom de la construcción que se convirtió en quiebra.
"En nuestra opinión, Pekín tendrá que abordar en algún momento el problema de la entrega de viviendas", afirman los economistas de Nomura en una nota de análisis.
"Pekín debería echar mano de sus propios bolsillos, incluso con dinero impreso del Banco Popular de China, para apoyar la finalización de las nuevas viviendas que fueron prevendidas por las promotoras".
Con información de Reuters