Ascensos militares y una misa en plena navegación durante el último día de 2023 en el buque Irízar

01 de enero, 2024 | 09.03

Una ceremonia de ascensos de suboficiales de las tres Fuerzas Armadas y una misa de campaña junto a la virgen Stella Maris, que para los marineros es el faro que los guía a buen puerto, protagonizaron el último día de 2023 a bordo del Rompehielos ARA Almirante Irízar rumbo a la Antártida Argentina en el marco de la Campaña Antártica de Verano (CAV).

A las 16, en la cubierta de vuelo del buque se realizó la ceremonia de ascensos a un grupo de personas de diferentes fuerzas, en la que las respectivas autoridades militares entregaron las “jinetas” (insignias para el uniforme) mientras se navegaba por el Mar Argentino.

La ceremonia requirió de la formación de todo el personal científico, logístico y militar que rodearon a 25 hombres y mujeres suboficiales ascendidos de jerarquía en diferentes especialidades.

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Al escuchar su nombre, cada ascendido/a se acercaba hacia la autoridad para recibir su insignia y expresar honor y agradecimiento por el reconocimiento al mérito.

“Este es mi segundo ascenso consecutivo. Siento una gran satisfacción, orgullo y alegría porque hay mucho esfuerzo y sacrificio. Cada jerarquía/grado en nuestra carrera militar tiene mucho sentido. Se dejan muchas horas dentro de la institución trabajando, dejando de lado a la familia y con apoyo de ella para seguir adelante”, dijo a Télam el flamante sargento primero Omar Villalba, de Corrientes, quien es mecánico motorista del Ejército y va camino a cumplir con su segunda campaña antártica en Base Orcadas.

Luego de la ceremonia, los y las suboficiales se sacaron fotos grupales y se abrazaron emocionados.

“Este es uno de los eventos más importantes al final del año, porque aquellos suboficiales –de todas las Fuerzas Armadas- que ascienden de grado inmediato superior se los reconoce en formación y se les entrega la insignia del grado al cual van a ascender a partir de la 0 hora del día 1° de enero. Aquel que logra un ascenso es porque se lo merece y reúne todas las condiciones”, dijo a Télam el comandante del componente terrestre embarcado en el rompehielos, Oscar Alfredo Acosta, quien tiene la responsabilidad sobre la administración y gobierno de las bases que antiguamente eran del Ejército: las permanentes Belgrano II, San Martín y Esperanza, y la transitoria Primavera, que en la actualidad están integradas bajo el Comando Conjunto Antártico (Cocoantar).

A continuación, el cura del rompehielos celebró una misa de campaña.

“La divina providencia ha querido que nos encontremos en este buque insignia para los argentinos, rumbo a un lugar especial”, dijo el padre Gabriel Horacio Muñoz durante la misa a una veintena de personas de la dotación, quienes comulgaron mientras el buque se dirigía hacia el sur del país a la altura de la Costa Atlántica argentina.

Nacido en Nogoyá, Entre Ríos, Muñoz pertenece al obispado castrense de la diócesis argentina, es sacerdote incardinado en la diócesis militar y está destinado como capellán castrense en la Dirección de Arsenales en Boulogne.

En el buque, el padre cuenta con una sala capilla donde prima la figura tallada en madera de la virgen Stella Maris, de la que se destaca una estrella en su cabeza, y que para los marineros es el faro que los guiaba a buen puerto, contó a Télam previo a la misa en el puente de observación.

En su capilla de campaña, con un reducido espacio litúrgico, ofrece misa todos los días, realiza bendiciones de los lugares de trabajo, de las herramientas, reza y ayuda a rezar a quien lo necesite. También prevé bajar en las bases antárticas para prestar servicio.

“Ir a la Antártida para mí es un regalo de Dios, una bendición muy grande que me sirve en lo espiritual, por esta gracia de poder ejercer este servicio religioso a quienes están colaborando con nuestra Patria, uno está haciendo soberanía, es parte de nuestro territorio”, destacó.

Uno de los fieles que presenció la misa, el suboficial mayor Guerrero, que representa al Cocoantar como personal logístico embarcado de la CAV, dijo a Télam: “A nivel espiritual participar de la misa es conectarse con la familia que está lejos. Es muy importante para mí esta misa en un día como hoy que estoy a bordo de este buque tan importante para la Armada y la República Argentina y siempre uno piensa, se le vienen a la memoria aquellas personas que uno ha dejado en su provincia, en mi caso en Córdoba, donde tengo a mi familia”.

Con información de Télam