Desde la jornada de este sábado, la provincia de La Rioja escaló hasta el segundo puesto como el lugar más caluroso del país, siendo superada únicamente por Santiago del Estero. En este sentido, esta última llegó a los 44,9° mientras que La Rioja llegó a los 42,8°.
Como es costumbre en el norte argentino, estas altas temperaturas no fueron acompañadas por un alto nivel de humedad como suele pasar en Buenos Aires, sino que se trata de un calor más seco. Por otra parte, esta temperatura es la más alta registrada en la presente temporada para La Rioja, la cual duró por tres horas.
El pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anticipa un leve descenso de la temperatura a partir de este domingo, pese a que no cederá la ola de calor que afecta al territorio nacional. En este contexto, se prevé una mínima de 24° y retroceso de la máxima a 38°, con mínimas probabilidades de lluvias aisladas durante la madrugada y la noche.
Por otra parte, el pronóstico extendido señala que el lunes la máxima rondaría los 39°, con 70% de probabilidades de lluvias. Este calor que afecta a todo el país es causado por un bloqueo atmosférico que impide que lleguen los frentes fríos desde el sur y estanca el aire caliente que ingresa desde Brasil.
Desde el SMN se aclaró que este proceso atmosférico no tiene nada que ver con el fenómeno El Niño, que repercute en esta región con un aumento de precipitaciones, mayor humedad en capas bajas y mayor presencia de nubosidad, que moderan las temperaturas.
En este sentido, la situación actual de elevadas temperaturas está dada por un sistema de alta presión que está instalado hace siete días, lo cual trae aire caliente que ingresa de Brasil y llega por el centro del país, donde se calienta en la zona cordillerana.
Estas temperaturas pueden generar tormentas locales, aunque estas mismas no serían lo suficientemente fuertes como para bajar la temperatura. En este contexto, indicaron que este descenso de temperatura llegaría recién para mediados de febrero.
Por último, desde el SMN explicaron que para desactivar este bloqueo es necesario que la presión se debilite y pueda entrar un sistema de baja presión que empuje al actual para sacarlo de la región, aunque el ritmo de precipitaciones de una o dos tormentas por semana se recupera recién en la segunda quincena de febrero.