El Congreso brasileño aprobó a última hora del jueves la mayoría de los proyectos de ley que componen el paquete fiscal propuesto por el Gobierno, que incluye medidas de contención del gasto destinadas a sanear las finanzas del país.
La Cámara Baja aprobó los tres proyectos de ley enviados al Congreso por el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, mientras que el Senado dio luz verde a dos de ellos, y la votación del último se espera para el viernes.
El gobierno de Lula se había apresurado a aprobar el paquete antes de que el Congreso iniciara un receso la próxima semana. Las dudas sobre si los legisladores lo aprobarían a tiempo han pesado sobre los mercados locales en los últimos días.
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Los proyectos aprobados por ambas cámaras prohíben la concesión de beneficios fiscales si las cuentas públicas enfrentan un déficit primario e imponen controles más estrictos sobre ciertos mecanismos que permiten a los legisladores asignar fondos públicos.
Además, establecen normas más estrictas de elegibilidad para un "bono salarial" anual concedido a los trabajadores formales de bajos ingresos.
El Senado aún no había votado un proyecto final que limitaba los aumentos del salario mínimo y endurecía los criterios de elegibilidad para el subsidio social BPC para ancianos y discapacitados, que fue aprobado por la Cámara Baja el jueves.
"Hemos votado para garantizar que se respete el marco fiscal y se mantiene la responsabilidad fiscal", declaró el presidente de la Cámara Baja, Arthur Lira, quien añadió que las medidas no son "definitivas", pero mejorarán el escenario económico para 2025.
El gobierno considera que el paquete fiscal es clave para reforzar el marco fiscal aprobado el año pasado. Los participantes en el mercado se han mostrado preocupados por la capacidad del Gobierno para frenar la creciente deuda pública.
El gobierno estimó que el ahorro derivado del paquete fiscal ascendería a más de 70.000 millones de reales (11.400 millones de dólares) en los próximos dos años, pero algunas de las medidas propuestas inicialmente por el gobierno de Lula fueron modificadas por los legisladores.
El paquete, anunciado a finales de noviembre, ya había sido mal recibido por los inversores por considerarlo demasiado modesto.
Aún no estaba claro hasta qué punto los cambios reducirían los ahorros del paquete original, lo que se suma a las preocupaciones fiscales que han golpeado a los mercados locales recientemente, con el real brasileño tocando mínimos históricos.
No obstante, el líder del gobierno en el Senado restó importancia a los cambios introducidos por el Congreso.
"Las partes esenciales (de los proyectos) fueron mantenidas. Se dio la señal de responsabilidad fiscal, que creo que era lo más importante", dijo el senador Jaques Wagner.
(1 dólar = 6,1525 reales)
Con información de Reuters