Luego del último aumento de precios que se registró en junio, la nafta en la provincia de La Rioja experimentó, en los últimos cinco meses, un aumento significativo del 142%. Este incremento tuvo un impacto considerable en el consumo, que ha estado en declive durante el mismo período.
Según detalló el portal Economía Riojana, el precio del litro de nafta súper en la provincia tuvo un aumento progresivo desde el 12 de diciembre, cuando se encontraba en $416 por litro, hasta alcanzar los $1.010, con el último aumento de junio. Este incremento acumulado representa un aumento total de $594, en los últimos 170 días, lo que equivale a un 142% en el precio del combustible.
Estos datos permiten estimar que para llenar un tanque de 35 litros, se necesitan $35,350, y para un tanque de 60 litros, se precisarán $60,600. Este aumento sostenido de los precios impactó de forma negativa en el poder adquisitivo de los consumidores y contribuyó a una marcada disminución en el consumo de combustibles en la provincia.
En abril, la venta de combustibles en La Rioja cayó un 16,8%, en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que representa cinco meses consecutivos de cifras a la baja. Este aumento en el precio de la nafta en La Rioja se enmarca en un contexto más amplio de incrementos en los precios de los combustibles a nivel nacional, con aumentos significativos en todo el país.
Datos del último aumento
Este incremento impositivo, decretado por el Gobierno Nacional, incluye dos componentes: el impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL) y el impuesto al dióxido de carbono (IDC). El ajuste del ICL será de aproximadamente un 1,2%, mientras que el ajuste del IDC se realizará en julio. Además del impacto de estos impuestos, las petroleras aplicaron un ajuste adicional que podría alinearse con la inflación proyectada para el mes.
Con este nuevo ajuste, los combustibles aumentaron un 62% en lo que va del año. Desde noviembre del año pasado, los incrementos acumulados alcanzan un alarmante 262%. A pesar de estos aumentos significativos, el sector petrolero advierte que los precios aún están retrasados en comparación con los costos y la inflación general. Sin embargo, admiten la necesidad de moderar los ajustes debido a la fuerte caída en el consumo provocada por el actual escenario recesivo.
Desde diciembre, las ventas de combustibles experimentaron una caída del 17%, según cálculos de las estaciones de servicio. El consumo de nafta premium fue particularmente afectado, con una disminución del 22,6% en las ventas. Este descenso en la demanda refleja el impacto de los altos precios en los hábitos de consumo de los argentinos, quienes buscan alternativas más económicas o reducen el uso de sus vehículos.