El padre de Julian Assange, John Shipton, pudo respirar aliviado el miércoles tras una década de campaña para liberar a su hijo.
El fundador de WikiLeaks fue puesto en libertad el miércoles por un tribunal de Saipán, territorio insular estadounidense en el oceáno Pacífico, tras declararse culpable de violar la ley de espionaje de EEUU.
La familia de Assange, incluidos su padre, sus hijos y su esposa, Stella, se reunieron en Camberra, la capital de Australia, antes de su llegada prevista por la noche en un avión privado, que marca el final de una larga lucha legal vinculada a la publicación por parte de WikiLeaks de cientos de miles de documentos clasificados de defensa de Estados Unidos en 2010.
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Shipton dijo que tenía previsto preguntar a su hijo en un tono australiano discreto cuando llegara: "¿Dónde has estado?"
"Mi fe nunca, nunca, nunca ha muerto", dijo a Reuters en una entrevista en el Parlamento.
"Que Julian pueda volver a casa en Australia y ver a su familia con regularidad y hacer las cosas cotidianas de la vida es un tesoro. La vida medida entre la belleza de lo cotidiano es la esencia de la vida", dijo Shipton.
Dijo estar "dividido en dos" por el acuerdo por el que Assange se declaró culpable de un cargo de espionaje, afirmando que su liberación significaba que tendría un tiempo precioso con sus hijos.
No obstante, se mostró preocupado por las "circunstancias políticas y legales que lo rodean".
"Creo que va a ser un problema para los periodistas y editores de cualquier parte del mundo publicar críticas al Gobierno de Estados Unidos", afirmó.
La liberación de Assange fue motivo de celebración en Camberra, donde los políticos que habían hecho campaña a favor de Assange se reunieron en torno a Shipton en una sala fuera de la cámara del Parlamento.
"Queremos darte un abrazo", dijo la legisladora Sophie Scamps.
Assange necesitará tiempo para recuperarse de su "vida monástica" en el autoexilio en la embajada ecuatoriana en Londres durante siete años y luego en la cárcel durante cinco años, dijo Shipton.
Espera poder participar en la "vida humana cotidiana práctica de su hijo, no en el barrido de la política".
"El servicio secreto estadounidense publicó en 2011 su informe diciendo que debíamos perseguirle a él y a su familia hasta el fin del mundo y llevarles a la bancarrota. Ha sido caro, pero no me quejo: los resultados están a la vista de todos", afirmó.
En su opinión, el Gobierno australiano ha sido "magnífico".
Assange ya ha dicho en otras ocasiones que heredó el "gen rebelde" de su padre. Shipton dijo que considera a su hijo personalmente conservador y educado.
"Su comprensión de la capacidad de internet para hacernos llegar información que puede ser la base del conocimiento es revolucionaria", afirmó.
"Sólo tiene 52 años, imagino que encontrará algo que hacer. Cumplirá 53 la semana que viene. El ímpetu que tiene (...) conjurará las cosas que pueda hacer".
Shipton dijo que la familia había dedicado la última década a hacer todo lo que estaba en su mano para ver a Assange en libertad.
"Los australianos conseguimos dar la vuelta a una superpotencia en su intento de destruir a un ciudadano australiano", dijo.
Shipton se enteró del acuerdo de culpabilidad por su hijo Gabriel.
Gabriel dijo a Reuters el miércoles que se sentía "extremadamente aliviado de que este calvario haya terminado por fin y de que Julian pueda seguir adelante con su vida".
Con información de Reuters