La subasta de los tatuajes de un performer austríaco que derivó en una acción artística

10 de febrero, 2024 | 12.45

La anunciada subasta de la piel y los tatuajes del performer austríaco Wolfgang Flatz en la casa Christies finalizó esta semana con una acción, y no una venta como estaba previsto, y el artista se presentó desnudo y tatuado ante aproximadamente mil invitados en la Pinakothek der Moderne de Munich.

"La subasta anunciada no se llevará a cabo", dijo el director general de las colecciones estatales de pintura de Baviera, Bernhard Maaz, al abrir la presentación. Esto ocurrió debido a que unas horas antes de la subasta, un coleccionista decidió adquirir la obra completa en bloque, lo que llevó a muchos a preguntarse si se trató de una estrategia de marketing.

Flatz, quien siempre ha visto su cuerpo como una herramienta, con el que quiere expresar la vulnerabilidad humana, estuvo durante minutos desnudo sobre un tocadiscos, con todos sus tatuajes expuestos, donde se podía ver la inscripción "El coraje es bueno", un código de barras y el escudo de su familia. Tenía además una estrella afeitada en el pelo en la parte posterior de la cabeza, una referencia a un autorretrato más antiguo con una estrella manchada de rojo en la frente que sangraba en su cuero cabelludo.

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"Me alegro de que toda la obra acabe en manos de un coleccionista y, por lo tanto, permanezca unida y pueda volver a exhibirse junta", manifestó el artista de 71 años que se ha hecho 13 tatuajes, consignó la agencia de noticias DPA.

Uno de ellos se lo prometió a su hijo, los otros doce fueron al coleccionista, quien recibió fotografías en tamaño natural hasta la muerte del artista. Cuando Flatz muera, partes de su piel serán retiradas de su cuerpo, preparadas e insertadas en las fotografías detrás de un cristal, según lo especificado en un testamento.

En 1990, según una grabación que se exhibió en la muestra “Algo mal con la escultura física”, el artista se dejó colgar boca abajo entre dos placas de acero y osciló entre ellas como un badajo. Después de cinco minutos cayó inconsciente. Incluso el simple hecho de ver el vídeo de la acción provoca dolor físico.

El curador de la exposición, Bernhart Schwenk, destacó la valentía del artista destinada a perturbar a quienes estén presentes en la exhibición. "El arte está siendo cada vez más asumido por el comercio, el capital y las tendencias sociales y políticas. Esto es peligroso", advirtió Schwenk. “Porque sabemos que los sistemas sociales en los que el arte ha sido explotado o prohibido no tienen futuro o un futuro en el que ninguno de nosotros quiere vivir”, fustigó.

La exposición "Flatz. Algo mal con la escultura física" podrá verse en la Pinakothek der Moderne hasta el 5 de mayo próximo.

Con información de Télam