Como en cada 17 de noviembre, hoy en Argentina se celebra el Día del Escultor y las Artes Plásticas en honor a Lola Mora, la primera escultora argentina y latinoamericana, reconocida internacionalmente por sus obras monumentales. Si de monumentalismo en la escultura hablamos, La Rioja posee dos claros exponentes: los monumentos que homenajean a Ángel "Chacho" Peñaloza y a Facundo Quiroga, realizados por el escultor boliviano Juan García Guzmán.
Ubicada en la rotonda frente a la terminal de ómnibus de La Rioja, la escultura del "Chacho" Vera Peñaloza mide 10 metros y se apoya sobre un pedestal de 7 metros. Este monumento, que homenajea a uno de los últimos líderes alzados en armas contra el centralismo de Buenos Aires, se inauguró en noviembre de 2013, al conmemorarse los 150 años del asesinato del caudillo. "Primeramente, para crear un monumento, tenemos que ver el lugar del emplazamiento para ver la proporción y la armonía con el paisaje. También tenemos que investigar la vida, trayectoria y carácter del personaje. Luego, hacemos varias maquetas volumétricas entre los escultores de nuestro taller, elegimos las mejores propuestas y, finalmente, yo hago una maqueta oficial", explicó García Guzmán sobre su proceso de trabajo.
Nacido en Oruro y radicado en Cochabamba, García Guzmán comenzó a dibujar y elaborar artesanías en cerámica desde muy temprana edad. Años después, ingresó a la Academia de Bellas Artes y su perspectiva cambió, al percibir que no había límites al momento de crear. En 1987, se inició en Cochabamba la construcción del Cristo de la Concordia, una obra monumental que se extendió durante siete años, y que estuvo a cargo de los hermanos escultores César y Wálter Terrazas Pardo. Mientras se construía este monumento, García Guzmán se encontraba estudiando en la Academia de Bellas Artes y recuerda que una de sus docentes les dijo: "Aquí en Bolivia necesitamos escultores, solo tenemos seis, y dos están elaborando el Cristo". Esa frase se apoderó de los pensamientos del artista, quien decidió enfocar su carrera en la escultura. "Me propuse ser el séptimo escultor boliviano, eso me motivó. Estudié arquitectura también, pero decidí dedicarme a la escultura", afirmó García Guzmán.
En territorio riojano, este artista boliviano también erigió un monumento ecuestre en honor a Facundo Quiroga, emplazado en el Parque de las Juventudes, justo al frente de la Universidad Nacional de La Rioja. Inaugurada en 2022, esta escultura está conformada por 55 piezas y su construcción demandó más de 10 meses de trabajo. El monumento mide 27 metros y pesa 80 toneladas: sus impactantes dimensiones obligaron al artista a realizar varios viajes desde su taller en Huayllani hasta La Rioja, en los que fue trasladando las diferentes piezas que conforman la obra.
"Trabajamos entre unas quince personas: cuatro escultores y el resto son molderos especializados, estructuristas, gente de producción y ayudantes escultores. También tenemos algunos ayudantes eventuales", indicó García Guzmán, al ser consultado por cómo se conforma su equipo de trabajo. Los materiales que utiliza en sus esculturas son calcita y sílice, reforzados con fibra de vidrio y estructuras de hierro. Estos materiales que utiliza fueron pensados para que perduren con el tiempo: son de larga duración, siempre y cuando se realicen los mantenimientos correspondientes.
Una vez que la escultura de Facundo Quiroga fue construida y trasladada, las estructuras metálicas y bases quedaron en manos de trabajadores riojanos. "Hacer un gigantesco monumento ecuestre no es como hacer una construcción civil de formas horizontales y verticales, donde una persona llega fácil con andamios o escaleras", advirtió el artista.
La majestuosidad de la obra de García Guzmán impulsó al Gobierno de La Rioja a encargarle un tercer trabajo, en homenaje a Rosario Vera Peñaloza. La obra medirá 10 metros y será instalada en el Parque de la Familia de la zona sur capitalina, formando parte de un complejo que incluirá un memorial para albergar contenidos museológicos y una biblioteca en honor a la "Maestra de la Patria".
"Me convertí en el primer boliviano en exportar monumentos. Generalmente, las esculturas se traían de Italia. La primera vez que llevé mi trabajo fue horrible, tuvimos que trabajar resguardados por gendarmes, no creían que un boliviano fuera a hacer una obra de tal magnitud. Pero después, cuando erigimos la escultura, todos se sorprendieron", rememoró García Guzmán sobre sus difíciles inicios en la labor artística, y concluyó: "Me gusta darle movimiento y realismo a mis esculturas. Los artistas tenemos que darle expresiones, sentimientos, vida a nuestras obras. Nosotros le damos ese toque".