Las universidades públicas de Argentina denunciaron el miércoles una crisis por el fuerte recorte del presupuesto que realizó el presidente ultraliberal Javier Milei, que amenaza con paralizarlas y disparar un grave conflicto social.
Los estudiantes de la prestigiosa Universidad de Buenos Aires (UBA), la más importante del país, asistieron el miércoles a clases abiertas en las calles, donde denunciaron el ajuste que llevó a sus autoridades a declarar la emergencia presupuestaria.
Clases a oscuras en la Facultad de Medicina, un reloj con una cuenta regresiva que marca que el presupuesto alcanzará para 43 días más en Ciencias Exactas y restricciones en el uso del gas y los ascensores en sus 13 facultades son algunas de las medidas que tomó la universidad de 330.000 alumnos para recortar gastos.
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Durante su campaña electoral, Milei -que asumió en diciembre- prometió aplicar la "motosierra" para recortar el gasto público y lograr el equilibrio fiscal en medio de una severa crisis económica. Miles de empleos públicos fueron recortados desde entonces.
La UBA, que se ubica entre las 100 mejores del mundo según el ranking QS y tiene 110 carreras de grado, seis colegios secundarios y cinco hospitales públicos, denunció una reducción del presupuesto del 26% en términos nominales y del 80% en términos reales.
"Si no se modifica esta situación presupuestaria, en dos o tres meses tendremos que cerrar", dijo a una radio local el rector de la UBA, Ricardo Gelpi.
Estudiantes, docentes y autoridades han realizado clases públicas, abrazos simbólicos a sus edificios y proyecciones de películas para concientizar sobre la situación antes de una marcha convocada para el próximo martes desde el Congreso a la Casa de Gobierno como protesta.
La situación se extiende a todas las universidades públicas del país, que la semana pasada reclamaron una respuesta "urgente" ante la "grave" situación que sufren a través de un comunicado del Consejo Interuniversitario Nacional.
La UBA, una universidad gratuita donde se formaron cinco premios Nobel y 17 presidentes, señaló que el Gobierno prácticamente congeló su presupuesto a pesar de que el país registró una inflación del 287,9% en el último año.
"No hay manera de sostener el funcionamiento de la universidad con ese nivel de presupuesto", dijo a periodistas el decano de la Facultad de Derecho, Leandro Vergara, luego de dar una clase pública en las escalinatas del edificio.
El ultraderechista Milei manifestó reiteradamente su disgusto con las universidades públicas, que ha considerado lugares de adoctrinamiento "socialista".
"Nadie se tiene que preocupar por sus estudios en las universidades (...) en las mejores condiciones que el presupuesto que tengan las universidades lo permitan", dijo el miércoles el portavoz del Gobierno, Manuel Adorni.
La Secretaría de Educación no respondió inmediatamente a un pedido de comentarios de Reuters.
Nahiara Tripiana, una estudiante de Abogacía de 22 años, la primera universitaria de su familia, dijo a Reuters que su mayor preocupación es que la gente deje de estudiar por carecer de recursos para pagar estudios privados.
"No creo que exista adoctrinamiento en la UBA (...) Lo que más me preocupa es que la gente deje de estudiar (...) A futuro nos va a traer consecuencias terribles a nivel social, cultural, de excelencia académica", afirmó.
Para el decano de la Facultad de Derecho, las clases continuarán, más allá de las restricciones del Gobierno.
"Las clases van a seguir de cualquier manera (...) Nosotros daremos clases incluso con velas, pero la comunidad tiene que saber que nosotros no vamos a cerrar las puertas", concluyó.
Con información de Reuters