Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata y el Conicet presentó el Catálogo de Jejenes de Argentina, insectos que tienen desde un papel como polinizadores y depredadores hasta un impacto en la salud pública como vectores de enfermedades.
El estudio de la colección de los Ceratopogonidae del Museo de La Plata, perteneciente a la UNLP, permitió agregar nuevas localizaciones para 102 especies en la Argentina y citar por primera vez en el país a 16 especies; al tiempo que se pudo excluir de la fauna nacional a dos especies de esta familia.
Así, hasta el 31 de diciembre de 2022 se detectaron en Argentina 356 especies de ceratopogonidos, distribuidas en 35 géneros, siendo los más importantes el género Culicoides, con 51 especies, Forcipomyia con 67 especies, Stilobezzia con 40 especies y Dasyhelea con 37 especies.
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Los autores de la publicación, aparecida en la revista especializada Zootaxa, lleva por título Catalog of the biting midges of Argentina, son Gustavo Spinelli, quien es investigador del Instituto de Limnología "Dr. Raúl Ringuelet", María Ronderos, Mahia Ayala y Florentina Díaz, del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores, ambos institutos de doble dependencia entre la Universidad Nacional de La Plata y el Conicet.
Según se indicó, el registro proporciona una base de datos fundamental para el monitoreo y conocimiento de la biodiversidad local y la detección de cambios en la distribución de las especies, lo que puede ser un indicador temprano de impactos ambientales.
Además, el catálogo es una herramienta invaluable para la investigación científica, "sumamente útil para conocer qué especies están presentes en el país, cuál es su distribución y comprender sus interacciones con otros organismos y con las condiciones climáticas de los sitios donde se encuentran", indicaron los investigadores.
Pero además, un registro completo es esencial para la gestión de la salud humana y veterinaria, ya que algunas especies transmiten patógenos que causan enfermedades a los humanos y animales.
Polvorines, Jejenes, "chaquistes", "manta blanca", "mbarigui-mini", "purrujas" o "polvorines" son algunos de los nombres vulgares que reciben las especies de Culicoides en países de habla hispana, mientras que en Brasil se los conoce como "maruim" o "mosquito pólvora".
Son un grupo de moscas de tamaño pequeño a mediano, con una longitud de alas que varía de 0.4 a 7.0 mm que se encuentran en prácticamente todos los rincones biogeográficos del mundo, excluyendo solamente la Antártida.
Aunque a menudo pasan desapercibidas, muchas de las hembras adultas de esta familia son hematófagas, es decir, se alimentan de sangre de vertebrados para desarrollar sus huevos, lo que las convierte en picadoras molestas para humanos, ganado y mascotas.
Además, algunas especies tienen la capacidad de transmitir enfermedades, el Virus de la Lengua Azul, que afecta al ganado ovino y a rumiantes silvestres y de cría, o la fiebre del Oropouche, que es la segunda causa de síndrome febril en humanos en las Américas.
Transmiten también a las personas una filaria parásita, Dipetalonema ozzardi, cuyos casos en la Argentina están restringidos al noroeste del país.
A pesar de su reputación de picadores molestos, capaces de causar dermatitis, los ceratopogónidos también desempeñan un papel esencial en la Naturaleza: algunas especies son importantes polinizadoras de plantas, como el cacao y los árboles de caucho.
Sus larvas engullen detritos y son predadoras de otros organismos en hábitats acuáticos y semiacuáticos, contribuyendo al equilibrio ecológico dado que los adultos de ciertos géneros son ectoparásitos y succionan la hemolinfa de otros insectos, lo que puede ser beneficioso para el control de poblaciones de plagas.
Con información de Télam