(Por Josefina Marcuzzi) El Tribunal Oral y Criminal III de La Plata dará a conocer este lunes el veredicto del juicio que le sigue al exentrenador de hockey de Las Leoncitas y del Club Atlético y Progreso de Brandsen, Pablo Fernández Garaygorta, siete años después de la denuncia realizada por Victoria Zangara por abuso sexual.
Quiero que los jueces actúen en consecuencia de lo que pasó, que lo condenen. Que todo este esfuerzo valga, dijo Victoria Zangara, la exjugadora de hockey que se animó a llevar su caso ante la Justicia en 2016, 12 años después de los hechos denunciados.
Zangara era una de las cracks dentro del grupo de chicas que jugaban al hockey en el Club Atlético y Progreso de Brandsen. Tenía una carrera prometedora por delante y entrenaba mucho para lograr su objetivo: ser jugadora de hockey profesional. Pero según denuncia, entre 2004 y 2006, cuando tenía entre 14 y 16 años, fue abusada sexualmente en reiteradas oportunidades por el técnico del equipo, Pablo Fernández Garaygorta, hecho que terminó coartando su carrera.
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Ella sufrió el abuso en uno de los ámbitos en donde más le gustaba estar, una situación que pesa en tantos casos similares contra mujeres y diversidades, escenas en donde el varón abusador construye un vínculo de confianza y una fuerte impronta de credibilidad, con las víctimas y sus familias, para lograr su objetivo, relató a Télam la abogada de Zangara, Sofía Caravelos.
En esa época Garaygorta era entrenador del Club Atlético y Progreso Brandsen y preparador físico de Las Leoncitas, el seleccionado femenino de hockey Sub21.
Estaba en contacto con menores de edad, no solamente en el ámbito del hockey sino también en la escuela: era profesor de Vida en la naturaleza y de educación física de Victoria y de otros alumnos y alumnas en el ámbito educativo.
Según reconstruyeron Zangara y Caravelos, Garaygorta era una persona respetada y bien vista en Brandsen, el pueblo en las afueras de La Plata en donde se desempeñaba como entrenador. También les pedía a sus alumnas que lo acompañaran a su casa para repasar jugadas de algún partido, y aprovechaba para llevar adelante los delitos por los que será juzgado el próximo lunes.
De acuerdo a lo declarado en el juicio, la denunciante fue abusada sexualmente por Garagygorta entre 2004 y 2006.
Después de muchos años de no poder hablar, logró contárselo a sus padres, y con el paso del tiempo, el trabajo en su terapia psicológica y el apoyo familiar, Victoria se animó a denunciar al agresor en el año 2016.
Siete años después, el entrenador está siendo sometido a juicio. Ya culminó la etapa de alegatos y el veredicto se conocerá el lunes 2 de octubre en el Tribunal Oral y Criminal III de La Plata.
La fiscal de la causa, Leila Aguilar, solicitó 12 años de prisión con cumplimiento efectivo para Garaygorta.
El entorno social fue fundamental para el acusado, ya que uno de los testigos que prestó declaración a su favor es el exintendente de Brandsen Gastón Arias.
Cuando estuvo preso recibió las visitas y el apoyo del entonces entrenador de Las Leonas, Carlos Retegui, que incluso le ofreció trabajo a Garaygorta cuando éste estaba bajo prisión domiciliaria, reveló Caravelos.
Victoria intentó seguir jugando. Probó en distintos clubes, a los 18 intentó continuar en uno de La Plata, pero en un momento se dio cuenta que el ámbito deportivo le era hostil porque le traía recuerdos del abuso.
El hockey era todo para mí, le ponía mucha energía, quería progresar. Pero a raíz de esto, se me fueron las ganas de seguir, narró a Télam.
En el pueblo sucedió lo que ocurre en pueblos chicos: se convirtió en un infierno grande para Victoria, que no solamente debió afrontar años audiencias y pericias, sino que también tuvo que soportar que sus vecinos le dieran vuelta la cara, la juzgaran, le quitaran el saludo, e incluso que le echaran la culpa.
Me pasó en su casa, en el club, en los vestuarios. En ese momento yo no podía nombrarlo como abuso sexual, como sí pude hacerlo después. Llegó a decirme que se había enamorado de mí, que nos íbamos a casar. Yo tenía 14 años y él 38. El dolor más grande es porque el abuso viene de alguien en quien yo, como tantas otras chicas, confiaba y admiraba, agregó Victoria.
Según su abogada, el modus operandi de Garaygorta era cuidar a sus alumnas: lograr que se sintieran cómodas con él, crear vínculos, forjar la confianza.
Este caso tiene las características de un abuso sexual intrafamiliar, por toda la confianza depositada por los adultos. Victoria no fue la única piba que fue a la casa sola, hubo chicas que iban, se quedaban a dormir, las llevaba y traía a Buenos Aires. Hay un entramado, y efectivamente, los abusos más frecuentes son los de proximidad, explicó Caravelos.
Lo que sucedió después de la denuncia en 2016 no fue solamente el devenir del juicio, sino que otra joven, cuya identidad se mantiene en reserva, conoció la historia de Victoria y le contó que a ella le había pasado lo mismo a sus 12 años. Ella fue testigo y declaró en la causa de Victoria. Cuando la escuché testificar no lo podía creer, era todo tal cual: cómo nos llevaba a la pieza, lo que nos pedía que hiciéramos, los lugares donde sucedía, sostuvo la exjugadora.
Según Caravelos, en el 90% de los casos los imputados no consiguen obtener la prisión domiciliaria. Sin embargo, Garaygorta llegó al juicio con este beneficio, detenido en su casa, en un barrio privado en las afueras del pueblo.
El lunes 2 de octubre, en el Tribunal Oral y Criminal III de La Plata, habrá veredicto.
Victoria es contundente: Yo quiero que la Justicia me crea, que los jueces me crean y que actúen en consecuencia de lo que pasó. Que lo condenen. Fue poner el cuerpo mucho tiempo en esto, atravesar muchas emociones y cansancio.
Que todo ese esfuerzo valga, concluyó.
Con información de Télam