La ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, fundada por el conquistador español Juan de Garay el 15 de noviembre de 1573, desempeñó a lo largo de la historia un papel fundamental en su carácter de puerto y "encrucijada de caminos", desde la época colonial hasta la posterior conformación de la Argentina, de la que es una de las poblaciones más antiguas con sus 450 años.
El historiador Alejandro Damianovich, presidente de la Junta Provincial de Estudios Históricos, realizó a pedido de Télam un recorrido por la trayectoria de la ciudad, tanto en el plano institucional como en el de la función que le tocó desempeñar por su entorno geográfico y político.
La fundación, celebrada por ocho españoles y unos 80 criollos donde hoy es la comuna de Cayastá, "es el inicio de una entidad histórica que llega hasta ahora e involucra a toda la provincia, porque Garay le fija un territorio enorme, lo que hoy es la provincia de Santa Fe más la provincia de Entre Ríos".
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"Y esa ciudad es justamente una ciudad conforme al derecho español hasta 1810 y 1815, cuando Santa Fe se declara autónoma y pasa a ser uno de los llamados 'pueblos' por las autoridades revolucionarias, que eran en definitiva las ciudades fundadas en el siglo XVI y algunas pocas en el siglo XVII, las capitales de todas las provincias actuales, salvo Jujuy, que pertenecía a Salta, o Entre Ríos, que pertenecía a Santa Fe", explicó.
Para el historiador, "esto significa que las provincias son anteriores a la Nación, que se va a constituir como República en 1853", a la vez que advirtió que "desde una mirada porteñista se pretende que la Nación surge con la Revolución (de Mayo) y en realidad eso no es así, es un proceso de formación del Estado donde cada una de estas ciudades comienza a definir sus objetivos".
"Hay un grupo de provincias defensoras del federalismo y otro grupo que está más próximo a Buenos Aires, que se reúnen en dos congresos: en el Congreso de Tucumán las más próximas a Buenos Aires y el Congreso del Arroyo de la China con los defensores del federalismo y del sistema republicano", añadió.
En esa línea, "aquella fundación de Juan de Garay de 1573, como la de Jerónimo Luis de Cabrera de Córdoba del mismo año, y así todas las demás, dan origen a un entidad histórica que va cambiando su formato institucional con el transcurso de los siglos, de ciudades pasan a ser Estados prácticamente soberanos, ligados desde 1831 por un vínculo, una alianza que los constituye en una Confederación".
En ese momento no tenían "un Estado nacional por encima" hasta que las provincias, "a partir de 1853, con el dictado de la Constitución acá mismo en Santa Fe", forman el país con su organización actual.
Damianovich consideró luego que "hay otros cambios que también conviene hacer notar, que serían los que tienen que ver con la función de la ciudad de Santa Fe", ya que "en sus orígenes fue fundada para abrir puertas a la tierra desde Asunción del Paraguay, que estaba aislada, y que necesitaba establecer contactos de todo tipo con las otras ciudades españolas y con España misma".
Desde su fundación Santa Fe fue ciudad, conforme al derecho español, con el labrado del acta y la constitución de su Cabildo, y fue "concebida más que nada para comunicar, dentro del espacio peruano, a Asunción con el Tucumán y con el Alto Perú, con Potosí, y también se la concibió como una escala hacia lo que después iba a ser Buenos Aires, fundada por el mismo Garay en 1580".
"El transcurso del tiempo va a hacer que esa función, especialmente la que tenía que ver con las comunicaciones hacia el Perú, se vayan reemplazando por lo que se conoce como el giro atlántico, que va a hacer que todo el espacio peruano comience a direccionar sus comunicaciones y su comercio hacia Buenos Aires", agregó.
Esa nueva realidad "va a ser para Santa Fe una cuestión traumática", ya que "su 'puerto preciso' que se establece en 1739, tenía por objeto prolongar su función original en relación con Tucumán y el Alto Perú, impidiendo que los barcos paraguayos llegaran a Buenos Aires".
"Esto va a durar hasta 1780, cuando el privilegio de 'puerto preciso' es dejado sin efecto, lo que profundiza el giro atlántico y (erige a) Buenos Aires como capital del nuevo Virreinato y sede de la Audiencia", puntualizó Damianovich en referencia al establecimiento de la libertad de comercio y la predominancia de los puertos de Buenos Aires y Montevideo.
"De manera que esa corriente atlántica va a modificar la función de Santa Fe y poco a poco, si bien sigue siendo una encrucijada de caminos, todo gira en relación al comercio con Buenos Aires y en menor medida con el Alto Perú y Tucumán", explicó.
Luego, transcurrido el tiempo, "se profundiza la Revolución, se llega a la modernidad, a la organización nacional, pero siempre sigue siendo la corriente atlántica la predominante", situación que se modifica "recién con la globalización, estamos hablando ya de los años 90 del siglo XX".
"Comienza a ver otras corrientes, como los corredores interoceánicos, que establecen un flujo de comunicaciones de este a oeste y que conectan a los puertos de Brasil con los chilenos y se mira hacia los mercados asiáticos", por lo que "la función de Santa Fe sigue siendo la encrucijada, la de escala en ese tránsito".
El análisis deriva en la actualidad, cuando Santa Fe "no se ve muy beneficiada por la Hidrovía (sobre el río Paraná) porque el calado no permite la llegada de grandes barcos a su puerto, aunque no deja de haber un movimiento de barcazas que puede mejorarse", a lo que se suma, en el sentido de las comunicaciones, la construcción del túnel subfluvial que une a la provincia con Entre Ríos, en la década del 60, y del puente Rosario-Victoria, en los 90.
Con información de Télam